Eucalyptus vernicosa

El Eucalipto vernicosa es una especie muy poco común que muestra una forma especialmente gráfica. En el jardín, este pequeño arbusto generalmente forma un domo de un metro de altura, con contornos relativamente regulares. También puede desarrollarse en un pequeño árbol con una silueta bastante estrecha. Su follaje verde oscuro brillante, compuesto por pequeñas hojas ovales, es persistente. En invierno, pero también casi todo el año, produce flores blancas cremosas solitarias, bonitas pero demasiado pequeñas para ser realmente decorativas. Originario de regiones frías y montañosas de Tasmania, es capaz de resistir el frío hasta -18°C, la nieve durante varias semanas y vientos fuertes. Con un crecimiento muy lento y no tolerante a condiciones secas, su plantación en el jardín requiere la elección de un lugar adecuado, en suelo húmedo y soleado.

Los Eucalyptus constituyen un amplio género de plantas, con alrededor de 800 especies, que incluye desde arbustos de unos metros de altura hasta árboles inmensos, que a veces alcanzan más de 90 metros de altura (E. regnans, E. nitens...). Todos pertenecen a la familia de las Mirtáceas (como el Mirto o el famoso Limpiatubos, o Callistemon), ampliamente representada en los trópicos y climas templados cálidos.
El Eucalipto vernicosa es originario de regiones frías. De hecho, se encuentra a altitudes de 700 a 1350 metros en las regiones alpinas del suroeste de Tasmania. Suele crecer en suelos turberos ácidos, desarrollados sobre soportes rocosos de cuarcita o arenisca. El clima en estas áreas es particularmente lluvioso (1000 a 2500 mm de precipitaciones anuales) y muy riguroso en invierno, con heladas continuas y nieve durante varios meses. ¡Esto explica la gran rusticidad de esta especie, capaz de soportar hasta -18°C!
Tomando su nombre de especie del latín vernicosus, este Eucalipto es comúnmente llamado Gommier verni o Gommier vernissé (en inglés: Varnished gum), refiriéndose al aspecto barnizado y brillante de las hojas. De crecimiento muy lento, este eucalipto forma un arbusto ramificado, con vegetación achaparrada, alcanzando 1 metro en todas las direcciones. Adopta espontáneamente la forma de un domo bastante regular, con un aspecto muy gráfico e interesante desde el punto de vista paisajístico. En su entorno de origen, y en buenas condiciones de desarrollo, eventualmente puede convertirse en un pequeño árbol de 3 a 4 metros de altura con una silueta relativamente estrecha, en un período de 20 a 30 años. Esta especie forma parte del grupo de los mallées, término aborigen que designa varios géneros, incluidos los Eucalyptus, caracterizados por una altura inferior a 10 metros y una forma arbustiva que se ramifica en varios ejes desde el nivel del suelo. Estas plantas tienen la particularidad de desarrollar un lignotúber, una formación subterránea de la que emergen numerosas yemas. Estas regeneran ramas cuando la parte aérea es destruida por un incendio o pastoreada por animales. Esta característica es interesante desde el punto de vista ornamental, ya que es posible recortar el arbusto para limitar su desarrollo o forzarlo a ramificar más abajo. Los tallos tienen una corteza lisa de color gris o marrón grisáceo. Las hojas jóvenes tienen un hermoso color verde bastante oscuro y son brillantes, realmente barnizadas. Pequeñas, miden como máximo 2 cm de largo por 1,5 cm de ancho, tienen forma oval o elíptica, generalmente son sésiles (sin pecíolo) y están dispuestas en posición opuesta en las ramas. Por el contrario, las hojas adultas son alternas, tienen un pecíolo de 0,1 a 0,8 cm de largo, también son ovales o elípticas, a veces también orbiculares. La floración aparece en medio del follaje joven en forma de pequeñas flores de 1 a 2 cm de diámetro, compuestas por estambres protuberantes blancos cremosos que rodean un corazón un poco amarillento. La floración principal ocurre de diciembre a abril y puede extenderse más allá durante gran parte del año. Sin embargo, las flores son demasiado pequeñas y en cantidad insuficiente para ser realmente ornamentales.

El Eucalipto vernicosa interesará a coleccionistas y amantes de rarezas. También permitirá a los jardineros de regiones frías darse un pequeño gusto sin temor a que su Eucalipto muera en el primer invierno. Estará bien ubicado en una rocalla alpina, en exposición soleada, siempre que haya suficiente humedad disponible. Para crear un escenario característico, se pueden plantar junto a él plantas perennes como la Eryngium alpinum Blue Star, que despliega en junio y julio hermosas flores con un sofisticado diseño, en un sorprendente azul acero. Algunos ejemplares de Silene acaulis, o Hierba de los alpes, ayudarán a crear un hermoso tapiz verde persistente que se cubrirá de encantadoras flores rosas en verano. Más temprano en primavera, la Gentiana acaulis, o Genciana de los Alpes, ofrecerá sus trompetas de un increíble azul a partir del mes de mayo para completar esta decoración.