Salvia coahuilensis

La Salvia coahuilensis es una salvia arbustiva que seduce por el aroma especiado y el color azul violáceo oscuro de una rara intensidad de sus pequeñas flores aterciopeladas. Florecen casi de forma continua de junio a octubre si el suelo se mantiene un poco fresco, en racimos ligeros, sobre un fino follaje aromático brillante de color verde oliva. Aunque su resistencia al frío es media, del orden de -7ºC, esta especie aún poco común se luce en parterres de terreno seco o en macetas que se resguardan en invierno. Cultívela al sol o a media sombra, en un suelo bien drenado. Asóciela con variedades de flores rosa fucsia o rojo terciopelo, follajes morados o plateados, el resultado supera toda descripción.

Salvia coahuilensis es una vivaz leñosa originaria de la Sierra Madre Oriental en el estado mexicano de Coahuila y forma parte de la familia de las Lamiáceas.

La Salvia coahuilensis tiene un porte arbustivo delicadamente flexible que alcanza rápidamente los 60 cm en todas direcciones. La floración, nectarífera y melífera, es generosa desde finales de primavera hasta finales de verano, hasta que el frío pone fin a ello. Las pequeñas flores alargadas se alzan por encima del follaje en extremos de tallos oscuros, en espigas de 20 cm. La corola con aroma especiado mide 2 cm de longitud, y se adorna con un tono fascinante, azul violáceo oscuro de una rara intensidad, encajada en un cáliz negro-violáceo. Viven apenas un día, cubriendo el suelo con sus pétalos por la noche, pero ya habrán sido reemplazadas al día siguiente. El follaje, semipersistente, está compuesto por pequeñas hojas ovales a lineales, de un verde oliva lustroso, gruesas y aromáticas. A veces adquieren en otoño bonitos matices amarillos y purpúreos.

La salvia de Coahuila es una planta retoñante espléndida; se desarrolla bastante rápido inundando los parterres o las terrazas con su larga floración de un violeta único. Solo requiere un suelo muy bien drenado, incluso mediocre, en exposición soleada o semisombra. La luz más rasante del otoño sublima la floración de las salvias arbustivas, que capturan la luz a través de sus pétalos como pequeños vitrales, aligerando todas las floraciones primaverales o estivales. Pero su asociación con los ásteres de otoño rosados, las salvias 'Royal Bumble' o la especie silvestre S. grahamii de flores fucsia intenso es verdaderamente fabulosa. Las amapolas de California, los grandes sedums, los follajes rojos de Loropetalum o plateados de las artemisas, cinerarias marítimas y algunas euforbias (Euphorbia Ponte Leccia) compondrán con ella un cuadro fantástico. En la terraza, colóquela en una maceta grande, justo al lado de un Senecio Angel Wings y de amarantos cola de zorro: ¡la combinación de colores es magnífica!