Guisante de olor Here come the Girls - Lathyrus odoratus

El Guisante de olor Here come The Girls es una mezcla de variedades recientes procedentes del Lathyrus odoratus grandiflora. Las plantas producen grandes flores muy perfumadas cuyos colores armonizan perfectamente, lucen diferentes tonos de rosa, blanco, malva e incluso azul claro, cada una con el nombre de una dama. 'Valerie Harold', 'Catherine', 'Julie Ann', 'Katie Alice', 'Mumsie', 'Charlies Angel' y 'Jilly' florecen así durante todo el verano, en bonitas enredaderas que se lanzan al asalto de cualquier soporte que se les proporcione. Sembrar guisantes de olor es una forma encantadora de aportar color y fragancia al jardín o a la terraza en pocas semanas. Coloque sus guisantes de olor al sol, en un suelo fértil y preferiblemente fresco.

El Lathyrus odoratus es una planta herbácea anual de la familia de las fabáceas originaria del sureste de Italia y Sicilia. Trepa gracias a zarcillos, las variedades de la mezcla Here come the Girls pueden alcanzar 1 m 80 de altura y 30 cm de ancho en pocos meses. Las hojas están dispuestas en parejas en tallos cuadrangulares, provistos de estípulas en la base y prolongados en zarcillos. Su color es verde claro. La floración se produce de junio a agosto. Las flores papilionáceas son muy grandes, agrupadas en racimos axilares, blancas, azules, malvas, violetas o rosas según las plantas, con pétalos ondulados. Están formadas por 5 pétalos, siendo el superior, también el más grande, en forma de estandarte, mientras que los otros tienen una forma intermedia entre el labio y el tubo. Desprenden un delicado perfume, con un aroma floral suave y dulce. El fruto es una vaina plana que se enrosca al expulsar sus semillas a distancia. Es imprescindible eliminar las flores marchitas, ya que la producción de semillas detiene inmediatamente la floración. Los guisantes de olor enraízan bastante profundamente en el suelo para obtener agua y nutrientes. 

Los guisantes de olor son insustituibles, su florecimiento encantador y anticuado aporta mucho encanto a los ramos, a las suspensiones y a cualquier soporte que colonizan valientemente en una temporada. Son igualmente encantadores y vagabundos en los parterres de verano, utilizando las plantas vecinas o los arbustos como soporte. También pueden formar tapices de gran belleza, mezclando los colores. Son inseparables de los pequeños jardines amurallados, al igual que las peonías, las rosas trepadoras, las digitales, las campanillas de hojas de durazno y las aquilegias. También se instalan en el suelo fértil y regado del huerto, donde permiten constituir una buena reserva de flores para cortar.