Rosas con frutos decorativos

Algunos rosales son hermosos incluso en invierno, adornados con racimos de frutos decorativos llamados escaramujos. A menudo se trata de especies y variedades de rosales botánicos como el rosal silvestre, el Rosa pimpinellifolia o el rosal antiguo (Rosa rugosa), o incluso de rosas antiguas resultantes de un cruce con especies botánicas, como por ejemplo el Rosa (x) rugosa Frau Dagmar Hastrup. Sus flores son simples o semidobles y su floración suele ser única, no remontante. Arbustivos o sarmentosos (Sir Cedric Morris, La Mortola...), estos rosales producen frutos de formas y colores variados: redondos, ovales o en forma de botella como en el Rosa moyesii Geranium, por ejemplo, en tonos que van desde el coral rosado hasta el rojo oscuro violáceo, que persisten mucho tiempo en las ramas después de la caída de las hojas. Plantados masivamente en países nórdicos, son poco utilizados por los jardineros franceses, a pesar de sus innumerables cualidades.

Nos encantan sus racimos de bayas de colores deslumbrantes, a menudo asociadas con un follaje otoñal bellamente coloreado, que ofrecen un atractivo igual a las setos y a los grandes macizos que una floración tardía. Muy apreciados por aves como los mirlos, estas frutas se funden con los colores del otoño y las últimas rosas remontantes, aportando una nota de color rara a los macizos y a los ramos caseros, y animando el jardín hasta tarde en la temporada. La pulpa de los escaramujos es comestible y muy rica en vitamina C: será recogida por los golosos y por aquellos que cuidan su forma para elaborar gelatinas y mermeladas. Descubra nuestra selección de rosales con frutos decorativos, son fáciles de cultivar, de una rusticidad ejemplar, requieren poco mantenimiento y se propagan fácilmente. Para más información, consulte también nuestras fichas "Cómo esquejar los rosales: cuándo y cómo" pero también "Rosales, las mejores variedades".