Cupressus (Ciprés)

El ciprés o Cupressus, al igual que el famoso ciprés de Provenza Cupressus sempervirens o el notable Cupressus macrocarpa, el ciprés de Lambert o de Monterrey es un conífera poco exigente y notablemente sobrio, cualidades que le han valido ser ampliamente plantado en nuestros jardines del Sur. Desde el árbol de seto híbrido también conocido como ciprés de Leyland hasta el resistente cubresuelos siberiano Microbiota decussata, existen numerosas formas y especies de coníferas comúnmente llamadas cipreses, pero cuyas exigencias en cuanto a suelo y clima son muy diferentes. El género Cupressus agrupa, en realidad, además de las dos especies mencionadas anteriormente, decenas de otras, desconocidas en horticultura, todas originarias del hemisferio norte, plantas cuyas inmensas cualidades están aún por descubrir. El ciprés sabe seducirnos con un manto dorado, como el Cupressus macrocarpa Goldcrest, formar una columna vegetal digna de los templos antiguos con el Cupressus Totem, rivalizar en romanticismo con los cedros llorones en el caso del proveniente de Cachemira, el Cupressus cashmeriana, pero sobre todo envolverse en perfume en un día caluroso. En el jardín, tras una instalación cuidadosa, este conífera se conforma con una exposición soleada y un suelo drenado, incluso calcáreo. Se adapta a la sequía estival una vez establecido.