Calamondina - Citrus madurensis

La Calamondina, Citrus madurensis o Citrus mitis en latín, lleva también el nombre de naranjo de apartamento, debido a su pequeña estatura, el aspecto de sus frutos y su mejor tolerancia a las atmósferas de nuestros interiores. Es apreciado por sus cualidades ornamentales, pero también por el sabor de sus frutos, sutilmente afrutado y acidulado, que se utiliza maravillosamente en cocina. Florece y fructifica todo el año, más abundantemente en primavera, de modo que sus pequeñas mandarinas, verdes, amarillas o naranjas en la madurez y flores blancas con un perfume suave cohabitan permanentemente en el arbusto. Es poco rústico y necesita ser resguardado en invierno fuera de la Costa Azul. Fácil de cultivar en macetas y soportando relativamente bien el cultivo en interior, en una habitación luminosa, fresca y ventilada, pasará la buena temporada en una terraza soleada.

El Citrus madurensis es un arbusto de la familia de las Rutáceas con porte tupido originario del Sudeste Asiático. Se trata de un híbrido de kumquat (Fortunella margarita) y mandarino (Citrus reticulata), de porte redondeado, que alcanza una altura de 2 o 3 m. Poco rústico, puede ser plantado en terreno abierto en un estrecho cordón del litoral mediterráneo. En otros lugares, se cultivará en maceta y resguardado al llegar los primeros fríos. La Calamondina florece y fructifica todo el año. Produce pequeñas flores blancas con un perfume suave característico de la flor de naranjo que dan lugar a pequeños frutos redondos, de 2 a 4 cm de diámetro. Se recolectan en su madurez, generalmente de enero a marzo, cuando adquieren un hermoso tono naranja brillante. La piel, moderadamente gruesa, tiene un sabor dulce y un perfume sutil a naranja amarga. La pulpa, jugosa, amarga y acidulada, contiene numerosas semillas. En general, su sabor recuerda a la naranja amarga pero más floral y aromático. Las hojas, persistentes, son de pequeño tamaño, redondeadas, de un verde oscuro brillante. Como todos los Cítricos, la Calamondina contiene en sus hojas, sus flores y sus frutos bolsas de esencia a menudo visibles a simple vista de las cuales se extrae por destilación (flor y hojas) o por presión (cáscara) el aceite esencial.

La Calamondina es el cítrico de interior por excelencia, lo que le ha valido su apodo de naranjo de apartamento. Aunque muy diferente de los naranjos, es el único cítrico capaz de soportar la atmósfera seca de nuestros interiores calefaccionados en invierno. Sin embargo, es necesario asegurarse de proporcionarle suficiente agua para que la tierra permanezca constantemente fresca, sin excesos, y realizar muy regularmente una pulverización de las hojas. Esto además evitará las infestaciones de ácaros rojos. Los frutos y las hojas forman parte de las tradiciones culinarias de varios países del Sudeste Asiático. El fruto se utiliza en cocina, salada o dulce, o para hacer deliciosas mermeladas. Su sabor sutil acompañará platos salados como los tayines o el famoso pato a la naranja.

La mayoría de los cítricos se desarrollan en terreno abierto en las regiones costeras mediterráneas donde encuentran el calor necesario durante todo el año. Poco rústica, la Calamondina comienza a sufrir el frío a partir de los -2°C y no resiste a temperaturas inferiores a -6°C. Se trata de un arbusto autofértil lo que significa que un solo individuo es suficiente para una polinización completa y asegurar la fructificación. En cambio, si tu cítrico permanece permanentemente en interior, de vez en cuando será necesario dejar actuar a los polinizadores o, si te sientes delicado, realizar una polinización con pincel.