Combava - Citrus hystrix

El Combava, en latín Citrus hystrix, es un cítrico muy antiguo, poco común en el mundo, pero muy apreciado en la cocina y perfumería por la cáscara de sus frutos y sus hojas, muy fragantes. Este pequeño árbol de desarrollo moderado, en cambio, es muy fructífero. Su floración, muy abundante en primavera, toma la forma de pequeñas flores estrelladas agradablemente perfumadas, de color blanco a rosado. Le siguen la formación de frutos piriformes cuya piel de color verde parece abollada. Poco rústico, perece por debajo de los -4°C. Se cultivará en una gran maceta para guardar en invernadero en invierno, o en suelo en nuestras regiones cálidas y libres de fuertes heladas.

El Citrus hystrix también recibe los evocadores nombres de limonero rugoso, Lima silvestre, Limón kaffir, lima de Reunión o Papeda de Mauricio según las regiones. Se trata de un gran arbusto más o menos espinoso de la familia de las Rutáceas, de porte tupido más bien erguido. Es originario de las Islas de la Sonda, en el Sudeste Asiático. Es un cítrico que pertenece al grupo de los Papeda, muy antiguo desde el punto de vista botánico. Se distribuye principalmente en Nueva Caledonia y es a menudo cultivado en los jardines criollos de la Isla de la Reunión, donde es especialmente apreciado. Este pequeño árbol alcanza una altura de hasta 3 m y se extiende unos 2m. Poco rústico, puede ser plantado en suelo en un estrecho cordón del litoral mediterráneo. En otros lugares, se cultivará en maceta y se guardará al llegar los primeros fríos. Cultivado por sus hojas y sus frutos, el Combava florece abundantemente, en marzo-abril, y luego de manera más esporádica en septiembre. Produce botones rosados que se abren en pequeñas flores blancas con un perfume suave y goloso a neroli, característico de los Cítricos. Estas  dan paso a frutos en forma de pera, estrechos en la parte superior, redondeados en la base. Tienen aproximadamente 6 cm de diámetro. Su piel, gruesa, de color verde lima, presenta un aspecto muy grumoso. La pulpa de la fruta, blanquecina y translúcida, es a la vez muy ácida y amarga. Se cosechan los frutos en septiembre-octubre, aún verdes, cuando su concentración de aceites esenciales está en su apogeo. Las hojas persistentes y aromáticas de este cítrico tienen un pecíolo característico, provisto de un ala muy ancha, a veces más importante que la lámina de la hoja. Tienen un sabor picante, fuertemente especiado.

Los frutos y las hojas forman parte de las tradiciones culinarias de varios países del Sudeste Asiático. El Combava se utiliza en cocina para realzar platos exóticos o criollos. Las hojas enrolladas sobre sí mismas se cortan en finas tiras que se introducen en el plato al principio, luego en medio y finalmente al final de la cocción. Este cítrico aporta un toque muy sutil de limoncillo a platos como el rougail de tomate. A veces se utiliza la cáscara. Su jugo se incorpora en bebidas refrescantes, a las que aporta un ligero toque de amargor.

Como todos los Cítricos, el Combava contiene en sus hojas, flores y frutos bolsas de esencia a menudo visibles a simple vista, de las que se extrae por destilación (flor y hojas) o por presión (cáscara) un aceite esencial con propiedades antiinflamatorias y antirreumáticas, y sedantes, que ayudan a combatir el estrés y el insomnio. La fragancia del aceite esencial se describe como fresca, cítrica, acidulada, con notas verdes.

La mayoría de los cítricos se desarrollan en suelo en las regiones costeras del Mediterráneo, donde encuentran el calor necesario durante todo el año. Pero para fructificar bien, no deben faltarles ni agua ni alimento. Poco rústico, el Combava comienza a sufrir el frío a partir de los -3°C. Se trata de un arbusto autofértil lo que significa que un solo individuo es suficiente para una polinización completa y asegurar la fructificación.