Naranjo chino Kucle

El Naranjo chino, también conocido como Kucli, o incluso Kumquatine, es el producto del cruce entre Fortunella margarita (kumquat) y Citrus clementina (clementina). Este arbusto vigoroso y muy decorativo ofrece una abundancia de frutos naranjas con aspecto de kumquat, un poco más grandes que éste, sin embargo, con un sabor deliciosamente ácido y con un regusto a clementina. Al igual que el kumquat, se consume con la piel. Resistente al frío hasta -4°C, su cultivo en terreno abierto está reservado para regiones de clima muy suave; en otros lugares, se prefiere cultivar en una maceta grande, invernándolo al resguardo del frío en un invernadero o una veranda.

Llamados Fortunella en honor a Robert Fortune, quien los introdujo en Europa en 1846, los Naranjos chinos son uno de los cítricos más fáciles de cultivar en nuestro clima gracias a su buena resistencia al frío. Las clementinas, por su parte, ¡no necesitan presentación! Descubiertas por el padre Clément, misionero francés, a principios del siglo XX en Argelia, estos pequeños cítricos redondos, ligeramente achatados en los extremos, con una pulpa suave, dulce y jugosa, alegran nuestras mesas en invierno cuando escasean las demás frutas.

El Naranjo chino forma un arbusto redondeado y compacto, sin espinas, de la familia de las Rutáceas. Su porte es arbustivo y bastante erguido, alcanzando una altura madura de alrededor de 3 metros, con 1,50 metros de envergadura. Su tamaño se reduce si se cultiva en maceta. Su crecimiento es moderadamente rápido. Relativamente rústico, puede plantarse en terreno abierto en muchas regiones libres de fuertes heladas. En otros lugares, se cultivará en maceta y se protegerá al llegar los primeros fríos. El Naranjo chino produce pequeñas flores blancas con un perfume suave característico de la flor de azahar, que dan lugar a pequeños frutos alargados, que se cosechan maduros, generalmente de diciembre a marzo, cuando adquieren un hermoso tono naranja brillante. La piel, moderadamente gruesa, carece del principio ardiente de otros cítricos. Contiene un sabor dulce y un aroma sutil a naranja amarga. La pulpa, jugosa, muy ácida, poco dulce, contiene pocos pepitas. Las hojas, persistentes, son de un verde oscuro brillante en el haz, más claras en el envés. Como todos los cítricos, el Naranjo chino contiene en sus hojas, flores y frutos bolsas de esencia a menudo visibles a simple vista de las que se extrae por destilación (flor y hojas) o por presión (cáscara) el aceite esencial.

Los frutos del Naranjo chino se consumen crudos pero también se utilizan en cocina, salada o dulce, en mermelada, confitado en azúcar o preparado en almíbar. Su sabor sutil acompañará platos salados como los tayines o el famoso pato a la naranja. También se pueden preparar con el Naranjo chino salsas agridulces refinadas para acompañar platos asiáticos. La piel es agradable al paladar, comparable a una explosión de sabores cuando se consume la fruta tal cual. Si aprecias los sabores ácidos, disfrutarás del equilibrado matrimonio entre la acidez y la dulzura, propio de esta fruta única en el mundo.

La mayoría de los cítricos prosperan en terreno abierto en las regiones costeras mediterráneas donde encuentran el calor que necesitan durante todo el año. Se trata de un arbusto autofértil lo que significa que un solo individuo es suficiente para asegurar la fructificación. Sin embargo, si tu cítrico permanece permanentemente en el interior, de vez en cuando será necesario dejar entrar a los polinizadores o realizar con delicadeza una polinización con pincel.