Feijoa Coolidge - Feijoa sellowiana

El Guayabo de Brasil o Acca sellowiana 'Coolidge' es un árbol de una belleza excepcional, una verdadera maravilla para climas templados. Cultivable en la misma zona que el kiwi, ofrece a la vez una hermosa corteza caoba, un follaje perenne brillante de color verde almendra, con el reverso plateado, una floración comestible tan encantadora como original y deliciosas frutas verdes de buen tamaño, cuyo aroma evoca tanto la piña, la guayaba como la fresa. Esta variedad autofértil da frutos sin necesidad de un compañero, pero será más productiva si se planta cerca de otro árbol. Su cultivo a pleno sol y en un clima favorable no presenta dificultades: tolera una amplia gama de suelos y resiste bien al calor y a la sequía, que, combinados, podrían afectar la calidad y la cantidad de la cosecha.

El Acca sellowiana, también conocido como Guayabo de Montevideo o Feijoa, es un árbol perenne perteneciente a la familia de las mirtáceas, al igual que los Eucalyptus y los Myrtes, con los que comparte una floración ornamental con largos estambres prominentes. Es originario de las regiones subtropicales de Brasil y Argentina. A pesar de sus orígenes, el árbol en sí es relativamente resistente, hasta -15°C, rebrotando desde la cepa tras una helada completa. Sin embargo, si el árbol puede crecer, no dará frutos en climas demasiado fríos, e incluso puede no florecer. Alcanzando aproximadamente 4 m de altura por 2 m de envergadura en nuestras latitudes, el Feijoa 'Coolidge' es un cultivar neozelandés autofértil que produce más frutos que el tipo y de un tamaño superior (hasta  9 cm de largo por 160 a 170 gramos). Es un árbol de crecimiento lento, con corteza rojiza y porte tupido, que puede ser conducido como pequeño árbol de tronco único o en seto. Su follaje perenne es coriáceo, compuesto por hojas opuestas, simples, enteras, ovales, de color verde grisáceo brillante en el haz, con el envés blanco grisáceo. Las jóvenes brotaciones están cubiertas de una pelusa blanquecina. Florece en las jóvenes ramas a finales de primavera, en junio en climas templados. Sus flores carnosas con un diseño excepcional parecen estar hechas de cera blanca. Sobre sus pétalos rosados con el envés blanco, a menudo enrollados, se sitúa un gran ramillete de estambres de color rojo intenso. Si el verano es lo suficientemente largo y cálido, se convertirán en frutos ovales, verdes, del tamaño de un kiwi grande, con piel lisa y pulpa blanca, rica en vitamina C. Los frutos se cosechan en otoño y maduran en regiones con inviernos suaves. A veces es difícil evaluar la madurez de la fruta: lo más sencillo es probar una que esté un poco más blanda. Los frutos duros que caen al suelo se conservan en el refrigerador hasta Navidad. Continúan madurando a temperatura ambiente. Su sabor tiene una marcada connotación exótica, ligeramente ácido pero dulce y muy sabroso cuando está completamente maduro.

El Guayabo de Brasil es un árbol maravilloso que puede recordar a un olivo, ornamental y frutal a la vez. En el jardín, en climas cálidos o en zonas mediterráneas, se planta en seto o de forma aislada. Tolera bien las salpicaduras del mar y puede ser plantado en zonas costeras. También se comportará muy bien en una maceta grande en regiones más frescas. Se cultiva en las mismas zonas que el kiwi, con la fructificación en la misma época. Las flores son comestibles: sus pétalos tienen un sabor afrutado, dulce y ácido que puede aportar un toque exótico a ensaladas saladas o dulces. El feijoa se consume fresco, cortado por la mitad y degustado con cuchara, o se transforma en mermeladas, con un sabor excepcional, y en compotas muy poco azucaradas, que se pueden conservar en el congelador. Es una fruta delicada y de sabor sutil que se conserva poco, ¡lo que sin duda explica por qué es tan rara en los puestos de nuestros mercados!