Membrillero - Cydonia oblonga

El Membrillero común, en latín Cydonia oblonga, conocido por sus membrillos que se cosechan en otoño, es también un pequeño árbol muy resistente y lleno de carácter al que no se le presta suficiente atención para embellecer el jardín. Su floración primaveral cubre con grandes flores rosadas su hermosa silueta ancha y arbustiva, sostenida por una ramificación un tanto tortuosa. Cuando llega el otoño, su follaje adquiere un hermoso tono amarillo dorado antes de caer. El membrillero merece ser redescubierto: se integra fácilmente en un entorno aislado en un pequeño jardín, incluso en la ciudad, en un macizo arbustivo, y se luce en un seto libre.

El Membrillero pertenece a la familia de las Rosáceas y al género Cydonia, mientras que el Membrillero del Japón o Membrillero de flor pertenece al género Chaenomeles. Es originario del Cáucaso y del norte de Irán. En Francia, se ha naturalizado principalmente en el sur pero en lugares no muy secos, en setos y en las orillas de los cursos de agua. Es cultivado en numerosas regiones templadas del mundo. Es un pequeño árbol vigoroso y muy resistente, capaz de resistir hasta -25°C. Su crecimiento es bastante rápido, alcanzará en promedio 5 m de altura por 3 m de ancho, y su porte es arbustivo, bastante ancho. El membrillero común es autofértil, pero la producción de frutos será más importante en presencia de otro membrillero que florece simultáneamente.

Sus hojas son enteras, miden de 6 a 11 cm de largo, con un borde velloso. Su color es verde medio, para luego tornarse amarillas en octubre. La floración tiene lugar en abril-mayo dependiendo de las regiones. Las flores tienen 5 pétalos de color rosa suave y miden alrededor de 4 cm de ancho. Tras la polinización se forman los frutos que alcanzarán la madurez a partir del 15 de octubre, según las regiones. Los membrillos tienen forma de pera, y pesan hasta 400 gramos cada uno. Cuando están inmaduros, son verdes y están cubiertos de una pelusa aterciopelada. Pierden esta pelusa antes de que termine el otoño, momento en el que el fruto cambia de color y se vuelve amarillo dorado. Son frutos muy duros, de piel gruesa, que encierran una pulpa firme de color amarillo, jugosa y muy agradablemente aromática. El corazón del fruto contiene semillas marrones.

Muy fácil de cultivar, el Membrillero común disfruta de situaciones soleadas y prefiere sin embargo suelos bastante ricos, profundos, sin exceso de cal. Muy resistente, es capaz de vivir en todas las regiones de Francia. Por otro lado, necesita calor en otoño para una buena maduración de los frutos. Árbol a la vez frutal y decorativo, el Membrillero se planta de forma aislada en un césped, en un seto, un huerto o en un macizo. Asócielo con ceonotos persistentes (Ceanothus Concha), naranjos de México (Choisya Aztec Pearl), lilas o seringatos, por ejemplo.