Pera Beurré Giffard

El Pyrus communis Beurré Giffard es una variedad antigua de origen Angevino, rústica y bastante vigorosa. Desde finales de julio, esta variedad temprana y productiva produce peras de verano de excelente calidad gustativa. El fruto es de tamaño medio, piriforme, un poco redondeado y abombado, con piel lisa, amarillo verdoso, con manchas marrones y reflejos rosados en el lado soleado. Su pulpa blanca es fina, fundente, jugosa, dulce y ácida, deliciosamente perfumada, con un ligero y agradable toque de aspereza. La cosecha se realiza a partir de finales de julio y se extiende durante 3 a 5 semanas. Con una baja conservación, las frutas se consumen a medida que maduran. Agradablemente ácida y rica en azúcar, es una pera deliciosa para degustar al natural. Particularmente jugosa, es ideal para transformarse en jugo. Es una variedad parcialmente autopolinizante que requiere la presencia de otras variedades de perales cercanas para mejorar la polinización y así aumentar la cantidad de frutas.

El Pyrus communis (Peral común) es un árbol frutal perteneciente a la familia de las Rosáceas. Presente en Europa desde la antigüedad, es originario de los bosques de Asia Occidental. En Francia, los perales aparecieron en el siglo XVI, donde bajo el reinado de Luis XIV, varias especies fueron cultivadas en los jardines del rey. A lo largo de los siglos, han surgido una gran cantidad de cultivares. Su cultivo está ampliamente extendido en Europa.

Proveniente de una siembra, la variedad Beurré Giffard fue obtenida en 1825 por Nicolas Giffard, cultivador en Les Fouassières, cerca de La Garenne Saint Nicolas, Parroquia de Saint-Jacques en Angers. Este peral forma un árbol con una estructura bastante erguida que puede alcanzar 4 a 5 metros de altura, produciendo numerosas ramas divergentes y retorcidas. Su porte piramidal se adapta bien a las formas altas (en tronco), bajas (en copa) o espalderas. Su follaje caduco está compuesto por grandes hojas de 8 a 10 cm de largo, alternas, ovales, de color verde brillante que adquieren tonos amarillo anaranjado en otoño. La floración ocurre en abril, lo que generalmente la protege de las heladas. Las flores blancas, simples, de 2 a 3 cm de diámetro, agrupadas en umbelas, son melíferas. Pueden ser destruidas por las heladas a partir de -2 a -3 °C. Es un árbol rústico que soporta temperaturas cercanas a los -25 °C, adaptado para su cultivo en todas las regiones de Francia, incluyendo zonas de altitud. Este Peral es llamado autoestéril o autoincompatible, las flores no pueden fecundarse por sí mismas. Por eso, es necesario la presencia de otras variedades de perales cercanas cuya floración coincida para aumentar la polinización y así el número de frutas.

El Pyrus Beurré Giffard es una variedad con un rendimiento bastante bueno, de fructificación moderadamente rápida y regular. La cosecha comienza a partir de finales de julio y se extiende hasta finales de agosto. La fruta se consume desde la recolección. La pera se puede consumir tanto cruda como cocida, en compotas, en repostería y postres, en ensaladas de frutas o compuestas, en combinación con quesos o como acompañamiento de platos salados, junto a patos, carnes blancas (aves y cordero) o caza. También es perfecta para la elaboración de jugos o frutas en almíbar. Rica en agua, la pera refresca y sacia la sed. Muy carnosa, proporciona una gran saciedad. Moderadamente calórica, está bien provista de potasio, calcio y magnesio, con un aporte no despreciable de hierro. Su contenido en vitaminas C y E, antioxidantes y fibras hacen de la pera un aliado para la salud. Es tónica, energizante y rehidratante. Las frutas tienen una baja conservación, por lo que es preferible consumirlas a medida que maduran. La conservación se puede realizar en un lugar fresco, saludable, protegido de la luz a una temperatura de alrededor de 8 a 10 °C o en una cámara frigorífica, hermética al aire exterior, a una temperatura de 1 a 3 °C.

En la categoría de Perales, el Pyrus domestica Beurré Giffard es una variedad rústica y moderadamente vigorosa, bastante sensible al oídio. Le gustan los suelos frescos y profundos, pero teme los suelos demasiado filtrantes y calcáreos. Para obtener frutas de buena calidad, es necesario practicar el aclareo, reduciendo el número de frutas en el árbol. Una poda de aireación, eliminando algunas ramas en el centro del árbol, proporcionará luz y dará una bonita coloración a las frutas. También limitará la aparición de enfermedades. Muy popular gracias a sus frutas, el peral encuentra su lugar en el jardín para el disfrute de grandes y pequeños. Con una amplia gama de variedades, es fácil encontrar la que mejor se adapte a tus gustos.