Grosella espinosa Hinnönmaki Röd

El Grosellero de invierno (Ribes uva-crispa) Hinnonmaki rojo es una variedad productiva y vigorosa, con buena resistencia al oídio. Produce grandes frutos translúcidos, de color rojo, con pulpa jugosa y ácida. El Grosellero de invierno es un arbusto frondoso, fácil de cultivar pero sensible a la sequía. Deliciosas para comer frescas, las bayas son ideales para mermeladas, gelatinas, tartas o como acompañamiento de carnes y pescados. Se planta de octubre a marzo para una cosecha hacia mediados de julio.

Cultivado en el norte de Europa desde el siglo XVI, el Grosellero de invierno es un híbrido fértil resultado del cruce entre dos especies originarias de Europa y el norte de África, aún presentes de forma espontánea en los bosques de montaña, en Escocia, Francia y el Cáucaso. El Grosellero de invierno (Ribes uva-crispa) pertenece a la familia de las Grossulariáceas, al igual que el Grosellero rojo (Ribes rubrum). Este arbusto se asemeja a los groselleros clásicos, pero se diferencia principalmente en los frutos: más grandes y de sabor dulce, aparecen solitarios a lo largo de las ramas en contraste con las grosellas en racimos.

El Grosellero de invierno es un arbusto frondoso, ramificado desde la base, que alcanza 1 m de altura con un diámetro de 75 cm. Sus hojas, caducas, son dentadas y pubescentes, de color verde brillante a verde medio. A excepción de algunas variedades inermes, el Grosellero de invierno presenta tallos espinosos. En primavera se adorna con diminutas flores melíferas de color blanco verdoso. Estas se transforman a principios del verano en bayas translúcidas, redondas u ovales, de 1,5 cm de diámetro, distribuidas a lo largo de las ramas. Según la variedad, estas bayas pueden ser rojas, blancas o amarillo-verdosas. Los frutos se cosechan bien maduros, cuando se desprenden fácilmente de su soporte. La cosecha es de aproximadamente 3 a 4 kg por planta.

La grosella de invierno es una fruta poco dulce, por lo tanto, baja en calorías, rica en vitaminas C, A y B, y con un buen contenido de sales minerales (calcio, hierro, potasio, fósforo). La fruta es depurativa para el organismo gracias a sus propiedades diuréticas, digestivas, descongestionantes hepáticas y laxantes, siempre que se consuma apenas madura. Las grosellas de invierno se disfrutan recién recolectadas o se consumen de forma dulce (tartas, mermeladas, gelatinas...) o salada (acompañando carnes, pescados...). Tradicionalmente, en los países nórdicos, el jugo de las frutas se utilizaba en la preparación de una salsa agridulce que acompañaba platos de caballa (de ahí el origen del nombre del arbusto).

En el jardín, el Grosellero de invierno se utiliza en pequeñas setos frutales, mezclado con otros groselleros y frambuesas, pero también puede formar un seto defensivo muy denso, gracias a sus numerosas espinas, a las que hay que prestar atención durante la cosecha. Es un arbusto muy resistente, fácil de cultivar pero sensible a la sequía.