Grosella roja Delbard Giganta Bosron

Creado por los Viveros Georges Delbard, el Grosellero de racimos rojos Delbard Giganta® Bosron es una variedad extremadamente productiva, robusta y resistente al frío. El arbusto produce racimos muy voluminosos y compactos de grosellas rojas, translúcidas, con una pulpa perfumada, de sabor dulce y ácido. El alto rendimiento y el tamaño importante de los racimos aseguran una cosecha abundante y de fácil recolección. Ricas en pectina, estas pequeñas frutas son ideales para hacer deliciosas gelatinas. Este grosellero es resistente a enfermedades. Se planta de octubre a marzo, y los frutos se recolectan alrededor del mes de julio.

Dentro de la categoría de los groselleros, el Grosellero de racimos, también conocido como Ribes rubrum, pertenece a la familia de las Grossulariáceas, al igual que el Grosellero de grosellas. Sus orígenes, las regiones templadas del hemisferio norte y de la Cordillera de los Andes, le confieren al Grosellero una muy buena resistencia al frío. Cultivado desde hace mucho tiempo, fue introducido en Francia en la Edad Media. Es un arbusto frondoso, no espinoso, con un porte en mata de ramas un poco rígidas, poco ramificadas, cuya madera es tierna y con abundante médula. Este arbusto alcanzará 1,30 m en todas direcciones. La follaje es caduca (ausente en invierno), compuesta de hojas palmeadas, lobuladas y aromáticas, de un verde medio. La floración ocurre en primavera, en forma de racimos de pequeñas flores verdosas a marrones insignificantes, intensamente visitadas por las abejas. La fructificación se produce principalmente en las ramas de uno y dos años. El arbusto se cubre entonces de numerosos racimos de pequeñas bayas redondas y translúcidas, parecidas a perlas, conteniendo pequeñas semillas.

En Delbard Giganta, la recolección escalonada a medida que los frutos maduran se ve simplificada por el tamaño de los racimos. La producción de un Grosellero es de aproximadamente 3 a 5 kg de frutas por planta según la edad y las condiciones de cultivo de la planta. Todas las variedades de grosellas son ricas en vitamina C, antioxidantes, minerales, oligoelementos, así como en potasio, calcio y fósforo. Además, la grosella se clasifica entre los pequeños frutos menos calóricos (50 kcal por 100 g). Recogidas del arbusto, las grosellas son exquisitas para degustar frescas, y para mayor delicia se pueden espolvorear con un poco de azúcar cristalizado. Excelentes en gelatinas o mermeladas, también se pueden utilizar para decorar tartas y hacer pasteles. Serán perfectas para la elaboración de sorbetes o helados, para acompañar carnes rojas o en pequeñas porciones en ensaladas compuestas.

En el jardín, el Grosellero encuentra su lugar en asociación con otras variedades de pequeños frutos y solo aumentará sus múltiples virtudes culinarias. Es posible cultivarlo en macetas, pero hay que tener cuidado de elegir un recipiente de al menos 40 cm de altura y ser diligente con la regularidad de los riegos con agua preferiblemente no calcárea.