Kiwi Bruno (Hembra) - Actinidia chinensis

El Kiwi o Actinidia Bruno es una variedad femenina interesante por su productividad, facilidad de cultivo y el sabor muy aromático de sus frutos. La planta produce frutos alargados de tamaño medio, que pesan de 60 a 100 gramos, cubiertos por una piel marrón y vellosa, con una pulpa verde que es a la vez dulce, ácida y aromática. Esta variedad requiere la cercanía de un pie macho para permitir la polinización. Es una liana vigorosa que deberá ser guiada a lo largo de una pérgola o enrejado muy sólido. La plantación es ideal en otoño o durante todo el año, evitando las heladas, para una cosecha en noviembre, a partir del tercer o cuarto año. Para polinizarlo, elija por ejemplo el kiwi 'Tomuri', una variedad masculina.

El Kiwi (Actinidia chinensis o deliciosa), también conocido como Kiwi, Yang Tao o Grosella de China, es el fruto del Actinidia. Pertenece a la familia de las Actinidiáceas, al igual que su primo el Kiwaï (Actinidia arguta). Originario de China, el kiwi es una vigorosa liana voluble que puede crecer hasta 3 m por año en condiciones favorables. Esta planta trepadora deberá ser guiada sobre un soporte sólido, como un muro con alambres robustos, una espaldera, una pérgola, un tronco de árbol o una cerca. Alcanza una altura de 6 m y una envergadura de 4 m y requiere poda para controlar su desarrollo.

Algunas variedades son autofértiles (flores masculinas y femeninas en el mismo pie) y pueden plantarse solas. Otras variedades tienen flores exclusivamente masculinas o femeninas y necesitan la presencia de un pie del sexo opuesto para la polinización. Un pie masculino puede polinizar alrededor de 5 a 6 pies femeninos. Solo los pies femeninos producen frutos. El cultivar Bruno solo tiene flores femeninas.

El Kiwi Bruno es rústico hasta -18°C pero es sensible a las heladas tardías en mayo, ya que los brotes se congelan a -5°C. Su follaje es caduco, cae en otoño. Los tallos volubles tienen grandes hojas ovales y enteras, de un verde mate oscuro en el haz, más claras en el envés, cubiertas al igual que los tallos por pequeños pelos rojizos. Desde el tercer o cuarto año de cultivo, aparecen en mayo-junio racimos de flores en las ramas del año anterior. Son flores perfumadas con pétalos anchos, de color blanco-crema, con 4 cm de diámetro. Las flores femeninas tienen estigmas blancos.

La floración es seguida por la formación de grandes bayas carnosas ovoides, que pesan alrededor de 100 gramos en Bruno. La piel fina es de color marrón claro y vellosa en las variedades del Actinidia chinensis. La pulpa es verde, jugosa, poco dulce pero deliciosamente ácida y rica en pequeñas semillas negras. El kiwi es rico en vitamina C, fibra y sales minerales como potasio, magnesio y calcio. La cosecha se realiza alrededor del mes de noviembre, antes de las heladas. Los frutos pueden ser recolectados aún verdes, ya que continúan madurando después de la cosecha. Se conservan bien a 5°C, en una bodega, durante más de un mes. El kiwi está maduro cuando está suave al tacto. Coloque los kiwis junto a manzanas o plátanos para acelerar su maduración. Pelado, el kiwi se disfruta solo o mezclado con otras frutas de otoño, en mermeladas o como adorno en tartas y algunos platos salados.

Para ahorrar espacio, plante un pie masculino al pie de un poste o un pilar: crecerá extendiéndose sin ocupar demasiado espacio en el suelo.