Vid Cardinal

La Vid Cardinal es una variedad muy vigorosa. Produce racimos grandes bastante largos, a menudo sueltos y flexibles. Las bayas son grandes, de 2 a 2,5 cm de diámetro, y esféricas. Su piel es moderadamente gruesa, de color rojo rosado a rojo oscuro, a veces hasta violeta. La pulpa es firme, carnosa, un poco fibrosa. La cosecha se realiza a mediados de septiembre. La Vid Cardinal es bastante sensible a enfermedades.

La vid (Vitis vinifera) crecía silvestre hace más de 5000 años. Su introducción en Francia, para el cultivo, se llevó a cabo por los romanos. Se han creado numerosos híbridos para variar colores, sabores y usos. La Vid Cardinal es una variedad seleccionada por Elmer Snyder y Frank Harmon, en 1939, en California (EE. UU.). Es el resultado de un cruce: Reina de las vides x Alphonse Lavallée. Fue introducida en Francia en 1946.

Arbusto sarmentoso vigoroso, la Vid Cardinal alcanza hasta 5 m. Es fácil de conducir. Su forma final dependerá de la poda practicada. Por su porte horizontal, es preferible conducirla sobre alambres de hierro y palizarla bien. Se recomienda una poda corta. Le gustan las situaciones muy soleadas y los suelos buenos que no se sequen demasiado durante el verano.
Su follaje recortado, de un verde intenso en verano, se viste del más bello dorado en otoño.
Su floración en racimos ocurre en mayo, ofreciendo flores blancas rosadas muy pequeñas.
Sus uvas de mesa, en largos racimos, maduran a mediados de septiembre, dependiendo de las regiones. Las bayas son grandes, de 2 a 2,5 cm de diámetro, y esféricas. Su piel es moderadamente gruesa, de color rojo rosado a rojo oscuro, a veces hasta violeta. La pulpa es firme, carnosa, un poco fibrosa.

La uva se consume como fruta de mesa, fresca, pero también en mermelada, en gelatina, en zumo de fruta, en repostería, y por supuesto, en vino después de la vinificación.