Vid Phoenix

La vid Phoenix es una variedad híbrida de origen alemán, bastante productiva, que proporciona uvas de mesa blancas con notas de Moscatel, listas para ser cosechadas hacia mediados de septiembre. Estos granos de tamaño mediano están apretados en racimos compactos, tienen una piel fina, son crujientes y tienen una pulpa jugosa. Se consumen tal cual, dejándolos madurar hasta que adquieran un color amarillo, o después de la vinificación. Esta variedad es bastante resistente a las principales enfermedades de la vid, pero no tolera un estrés hídrico importante, condiciones demasiado secas o demasiado húmedas. Prospera en la mayoría de los suelos neutros a calcáreos, bien drenados y con exposición soleada. Es muy resistente al frío. Sus hojas cambian a tonos anaranjados y rojos en otoño.

La vid de vino (Vitis vinifera) crecía de forma silvestre hace más de 5000 años en América del Norte y Central, Europa y Asia Central y Oriental. La subespecie sylvestris aún existe, es una enredadera trepadora que crece en los bordes de los bosques y puede elevarse a grandes alturas en los árboles. Su introducción en Francia para su cultivo se realizó por los focenses en Provenza, alrededor del año 600 a.C. Las variedades actuales, denominadas cepas en el caso de la vid, están asociadas a la subespecie vinifera (aunque existen otras especies cultivadas, pero en minoría). Económicamente, la vid de vino predomina ampliamente sobre la de uva de mesa, con más de 200 cepas autorizadas en Francia, fruto de un largo trabajo de selección a lo largo de los siglos.

Phoenix es un híbrido obtenido a partir de un cruce realizado en 1960 en Alemania por Gerhardt Alleweldt entre Bacchus Weiss y Villard Blanc. Un arbusto trepador vigoroso con ramas sarmentosas y de porte más bien erguido, la vid Phoenix puede alcanzar fácilmente una altura de 3 a 4 m con una extensión de 2 a 3 m si no se poda. Requiere ser guiada en una espaldera o pérgola que podrá cubrir bastante rápidamente. Su follaje es de un hermoso verde claro mate, con hojas de tres o cinco lóbulos, dentadas en todo su contorno. Como la mayoría de las uvas, es una variedad autofértil. Su floración ocurre en mayo-junio dependiendo de los años y las regiones, ofreciendo diminutas flores verdosas hermafroditas. Evolucionan en rácimos medianos y compactos. Las bayas son de tamaño mediano, de forma oval, inicialmente de un verde amarillento que evoluciona a un dorado en la madurez. Estas frutas son aptas para ser cosechadas hacia mediados de septiembre. Con una piel bastante fina, estas bayas son muy dulces con un ligero sabor a Moscatel muy agradable. Esta variedad es resistente a enfermedades. Es útil podarla en verde en verano para eliminar algunas hojas de manera que las uvas estén bien expuestas al sol y puedan adquirir ese hermoso color dorado, garantía de su calidad gustativa. Bien rústica (hasta -20°C), esta vid crece a pleno sol, en un suelo neutro a calcáreo, e incluso ligeramente ácido, bien drenado. Le basta con una tierra ordinaria, incluso pedregosa, ya que resiste bien la sequía. Un suelo demasiado rico o una fertilización excesiva beneficiarán más al crecimiento que a la fructificación. Basta con aplicar un abono orgánico después de la cosecha para la reserva antes del invierno. Tu vid lo utilizará para reiniciar con fuerza la primavera siguiente.

Las uvas Phoenix se consumen en la mesa o en zumo, por ejemplo en un cóctel de frutas vitamínico para el desayuno. En general, la uva es rica en vitaminas B, es una fuente de fibra y manganeso, y está bien dotada de antioxidantes. También se dice que juega un papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares, y sobre todo, es un postre saludable, natural y sabroso. Para preparar ensaladas de frutas originales, siembra Amor en jaula o Linterna china (Tomate verde) a finales de primavera para cosechar sus sorprendentes frutos naranjas de agosto a octubre. Y para disfrutar de uvas durante un largo período, planta otras variedades de vid con maduración escalonada con respecto a Phoenix.