Arctostaphylos uva-ursi - Gayuba

El Arctostaphylos uva-ursi, más comúnmente conocido como Raisin-d'ours o también Gayuba, es un arbusto prostrado y persistente de climas rudos y suelos filtrantes, incluso secos. Tapizando el suelo y las rocas, formando un entramado de tallos, el gayuba compone hermosas cascadas verdes y magníficos tapices herbosos que se tornan de un rojo vivo en otoño e invierno bajo el mordisco del frío. A finales de primavera florecen ramilletes de pequeñas campanillas blancas y rosadas que darán paso a bayas rojas decorativas y comestibles para el ser humano, que también son un festín para numerosas aves y mamíferos, incluido el oso en la naturaleza. En el jardín, solo tiene dos exigencias: un suelo que no retenga agua y libre de caliza. Se luce en las rocallas, forma hermosos tapices vegetales sobre los muros al mismo tiempo que deleita a los golosos, pequeños y grandes.

La Gayuba es una planta de la familia de las ericáceas cercana a los arándanos y los Madroños. Es muy común hasta en las llanuras de los países situados en latitudes muy altas, justo debajo del círculo polar. Más al sur, esta especie se mantiene en altitud, lejos del calor que teme. En Francia, el Arctostaphylos uva-ursi es autóctono hasta en los Alpes del Sur entre 1000 y 1800 m de altitud, y en Provenza en una pequeña estación de la montaña Sainte-Victoire a 850 m de altitud, y en el flanco norte. Este subarbusto crece generalmente entre las rocas, en suelo seco, pobre y ácido, o en las tierras aluviales ricas en sílice.

Se trata de una planta tapizante de crecimiento muy lento, que no supera los 25 cm de altura pero capaz de extenderse más de 1 metro: sus ramas prostradas con corteza marrón rojiza se enraízan fácilmente al contacto con la tierra. Las ramas llevan un follaje persistente, de un verde brillante en el haz, casi blanco en el envés. Las hojas son simples, gruesas, coriáceas, enteras, de forma ovalada alargada y miden de 15 a 20 mm de longitud. Se tornan bronceadas o de un rojo intenso según la intensidad del frío. La floración, melífera, ocurre en mayo-junio, en forma de pequeños racimos colgantes de flores blancas con cáliz rosado similar a pequeñas campanillas. Tras la polinización se forman drupas redondas primero verdes, tornándose rojo intenso y muy decorativas al madurar, pudiendo recordar a las uvas. Su textura es algo harinosa y carecen de gran sabor, pero son ricas en vitaminas. Se consumen crudas, en repostería o en mermeladas.

Este arbusto extremadamente resistente al frío se adapta fácilmente al jardín, a todas las exposiciones, pero en suelo no calcáreo y perfectamente drenado. Con su follaje denso y su aspecto bien definido, la gayuba constituye un excelente cubresuelos, valioso para decorar las rocallas, los muros de contención, el borde de un camino en suelo muy drenado, los grandes taludes donde retiene eficazmente la tierra y frena la erosión. Despreciada por las plagas y las enfermedades, soporta perfectamente la poda, lo que permite controlar fácilmente su desarrollo. Se puede asociar con plantas que aprecian las mismas condiciones de cultivo: al sol, las lithodoras, campanillas de muro, aubrietias y carraspiques, o a la sombra con la Waldsteinia ternata, vincas, geranios macrorrhizum, violetas y muchas otras plantas más.

Propiedades:

La gayuba es también una planta medicinal, utilizada desde la Edad Media por sus propiedades diuréticas y antisépticas del tracto urinario. Su nombre de gayuba tiene origen provenzal: 'Bouisserolo' designa de hecho al boj, una denominación que se relaciona con la similitud bastante evidente entre las hojas de estas dos plantas.