Mitchella repens

El Mitchella repens, también conocido como Pain de perdiz, es un curioso arbusto rastrero y postrado aún desconocido por los jardineros. Es interesante por la persistencia de su menudo follaje de un verde muy brillante nervado de blanco, y porque con el tiempo forma, a través de sus tallos que enraízan en el suelo, un cubresuelos muy elegante. Está adornado con una delicada floración blanca, precedida de botones rosa oscuro, seguida de bayas rojas que persisten hasta finales de otoño. Este mitchella constituye una buena alternativa al espino cerval rastrero para vestir las zonas semisombreadas y frescas del jardín, en tierra no calcárea. 

El Mitchella repens pertenece a la familia de las rubiáceas, es primo del cafeto. Es originario del este de América del Norte, más concretamente de una amplia zona que va desde Minnesota hasta Nueva Escocia y desde Florida hasta Texas. Se encuentra en bosques húmedos hasta más secos, a lo largo de cursos de agua o en pendientes arenosas. Este arbusto es capaz de resistir inviernos muy duros. Presenta un porte postrado, extendido y rastrero, sostenido por ramas bastante cortas, rígidas y ramificadas. Su crecimiento es bastante lento, alcanzará aproximadamente 10 cm de altura por 1 m de envergadura a la madurez. Su follaje está compuesto por hojas pequeñas, gruesas y coriáceas, opuestas en los tallos, de forma oval o en forma de corazón, que no superan 1,5 cm de longitud por 1 cm de anchura. Son de un verde intenso muy brillante y recorridas por nervaduras casi blancas. Pueden desarrollarse raíces adventicias en los nudos, permitiendo que la planta se extienda en anchura. La floración tiene lugar de mayo a julio, en forma de flores tubulares y perfumadas agrupadas por pares en un cáliz común y velloso. Cada botón floral rosa oscuro se abre en una flor con 4 pétalos blancos de 1 cm de diámetro. Melíferas, les siguen la formación de algunas raras frutas comestibles llamadas drupas, maduras a finales de verano. Pueden ser consumidas por algunas aves y pequeños mamíferos.

Este mitchella repens es ideal para cubrir con elegancia a lo largo de todo el año las zonas semisombreadas del jardín a las que aporta un toque muy cuidado. Si bien acepta crecer en condiciones bastante diversas, este arbusto no aprecia el calcáreo ni los climas demasiado calurosos y secos. Perfecto al pie de una gran seta, también puede ser plantado en una rocalla para rellenar los espacios entre otras plantas. Plántelo sin dudar en una gran ladera sombreada, encima de un muro o murete de contención, al borde de la terraza o de un pasillo, pero siempre en una exposición no abrasadora. Se puede asociar, por ejemplo, al enebro rastrero 'Blue Star', al Euonymus fortunei 'Emerald Gaiety', a pequeñas vivaces como la hepática o incluso al Berberis thunb. atropurpurea 'Nana'.