Sassafras albidum - Árbol del Sasafrás

El Sassafras albidum, también conocido como Laurel de los Iroqueses, es un sorprendente arbusto caducifolio norteamericano espléndido en otoño por la belleza de su follaje en tonos de fuego. Su floración primaveral es insignificante, presentando flores tenues amarillo verdosas, apétalas. Su corteza agrietada y su follaje verde brillante son muy aromáticos y desprenden una fragancia especiada. Formando un árbol en su área de origen, este arbusto de porte muy extendido en nuestros climas muestra un crecimiento rápido y una ligera tendencia a producir chupones. Se debe plantar en un suelo no calcáreo, profundo y fresco, en una exposición soleada.

El Sassafras albidum, también conocido como Sassafras común o 'White Sassafras' al otro lado del Atlántico, es un hermoso árbol caducifolio de la familia de las lauráceas que alcanza en su área de origen, los bosques de la costa este de Estados Unidos, una respetable altura de 15 a 20 m y desarrolla un tronco de 60 cm de diámetro. En nuestros climas, se comporta más como un gran arbusto de porte extendido de 10 m de altura por 5 m de envergadura. Su crecimiento es rápido, pudiendo crecer 1,20 m por año desde la plantación, alcanzando 4,50 m en 4 años.

La copa está formada por finas ramas agrupadas en racimos, cuya corteza es amarilla y mucilaginosa cuando son jóvenes. En primavera, llevan yemas que se despliegan en hojas ovales u obovales, enteras o más o menos lobuladas, conviviendo las tres formas en el mismo individuo. Son de color verde claro a amarillento, brillantes y miden de 10 a 16 cm de longitud por 5 a 10 cm de diámetro. Este follaje adquiere tonalidades cálidas de amarillo y rojo en otoño. Las pequeñas flores sin pétalos aparecen en primavera, poco antes de la emergencia de las hojas, en marzo-abril. Son colgantes, dispuestas en pequeños racimos de 5 cm de longitud y poco coloridas. El sassafras es una planta mayoritariamente dioica; los pies machos son distintos de los pies hembra. Las flores masculinas tienen 9 estambres, y las femeninas un estilo rodeado de 6 estambres estériles. La polinización es realizada por insectos, permitiendo que los pies hembra produzcan pequeños frutos en forma de drupas azul negruzcas de 1 cm que contienen una sola semilla, dispersada por los pájaros. La corteza de este arbusto comienza a agrietarse profundamente a partir de los 2 a 3 años. En los individuos adultos, es gruesa, de un rojo-marrón intenso. Todas las partes de la planta son aromáticas: al aplastarlas, desprenden un aroma dulce, especiado, amaderado, evocando al alcanfor, gracias al aceite esencial que contienen. Potente pero peligroso, este aceite volátil se utiliza hoy en día con extrema precaución en aromaterapia. Sus raíces son gruesas y carnosas, llevan yemas en profunda latencia, capaces en ciertas circunstancias de regenerar nuevos arbustos.

 

El Sassafras albidum puede plantarse de forma aislada o para dar sombra a un macizo de brezos, azaleas, camelias y perales en suelo ácido. Se puede combinar con el Parrotia persica, cuyo follaje también es magnífico en otoño, para crear en los límites del jardín un horizonte flamboyán. En suelo neutro y drenante, úselo por ejemplo en un seto libre, acompañado de Aceres japoneses, del árbol de las pelucas 'Grace' (Cotinus coggygria 'Grace'), del Evónimo alado (Euonymus alatus) para crear un bosque brillante de septiembre a noviembre. Finalmente, sepa que su fragancia disuadirá a los mosquitos y los mantendrá alejados de su entorno.

El Sassafras de los Iroqueses es también una planta medicinal, utilizada desde hace mucho tiempo en América del Norte por las poblaciones locales. Estudios detallados han demostrado sus propiedades antinicotínicas, antirreumáticas, dermatológicas, diuréticas, acaricidas y antibacterianas. La presencia en el aceite esencial de una molécula específica llamada safrol la hace tóxica, incluso mortal a largo plazo por ingestión.