Abedul común Karaca

Betula pendula 'Karaca'', seleccionado en Hungría, es una forma enana del abedul llorón bastante extraordinaria. Gracioso, aéreo, elegante, son los calificativos que vienen a la mente ante su porte llorón sin pesadez y su follaje lacinado, casi transparente. Un tanto fantasmagórico, este pequeño árbol caduco posee una apariencia de arce japonés siendo mucho más fácil de cultivar. Constituirá un hermoso sujeto para colocar bien a la vista en un pequeño jardín japonés o romántico. Su pequeño tamaño también es adecuado para el cultivo en maceta.

Originario de Europa principalmente central y de Asia templada, el Betula pendula (sin. B. verrucosa) o abedul llorón es un árbol de gran desarrollo de la familia de las betuláceas. Está extendido en la mayor parte de nuestro territorio, pero ausente en el amplio perímetro mediterráneo. Esta especie, extremadamente resistente al frío, posee naturalmente un porte piramidal, un tronco más o menos rectilíneo y una corona globalmente ovalada, sostenida por largas ramas, con ramas colgantes. Su crecimiento anual es del orden de 35 cm en altura por 20 cm en anchura. 'Karaca' se distingue por su pequeño tamaño y por sus hojas particularmente delgadas, profundamente cortadas en segmentos filiformes.

Este abedul llorón 'Karaca' alcanzará aproximadamente 3 m de altura por 2 m de envergadura a los 15 años. El tronco (a veces múltiple) soporta una corona irregular y aireada, sostenida por ramas colgantes. Con el tiempo, en los troncos o ramas viejas, la corteza adquiere un color casi negro, un aspecto muy rugoso y presenta grietas profundas. Las ramas son de color rojo-marrón, punteadas de lenticelas verrugosas de color blanco. El follaje es caduco, las hojas son de un verde claro hasta finales de verano, luego toman tonos amarillos en otoño antes de caer. En ese momento, el abedul Karaca parece estar coronado con una fina cabellera rubia. La floración discreta tiene lugar en marzo-abril en forma de espigas de un verde amarillento.

El Abedul llorón 'Karaca' es un pequeño árbol muy rústico y resistente a enfermedades. Se adapta a todo tipo de suelos, no demasiado secos ni calcáreos, y requiere una exposición luminosa, a pleno sol o en media sombra. Será muy efectivo aislado, pero también en un macizo de arbustos y plantas elegidos por su follaje o corteza decorativa: por ejemplo, el Arce gris, grandes helechos, un sauco Black Lace, o un avellano púrpura. Las ideas de asociaciones no faltan, según los gustos de cada jardinero: con arces japoneses, bambúes sagrados...