Abedul del Himalaya jacquemontii

El Betula utilis jacquemontii es una forma muy hermosa del Abedul del Himalaya seleccionada por su porte regular y la belleza de su corteza muy blanca que se exfolia en placas sobre una corteza nueva más oscura. Si bien tarda algunos años en revelarse en toda su esplendor, este árbol estrella del invierno sigue siendo una referencia en los jardines blancos y los jardines contemporáneos. Su copa poco densa proporciona una sombra ligera y su follaje adquiere un hermoso tono amarillo en otoño. Muy resistente, adaptable al suelo, también es muy moldeable: se puede dejar crecer libremente, en un solo tronco, o podarlo "a lo tardo" para limitar su desarrollo en un jardín de tamaño modesto.

El abedul del Himalaya, en latín Betula humilis  pertenece a la familia de las Betuláceas. Es originario del oeste de Asia, desde Afganistán hasta China occidental y al noroeste de la India. Existen algunas selecciones hortícolas particularmente ornamentales, entre las cuales 'jacquemontii', que se distingue por su corteza muy blanca. En la naturaleza, este árbol puede alcanzar los 20 m de altura. Muy resistente al frío, este abedul muestra un crecimiento más lento que el de otros abedules, del orden de 20 cm por año. Su sistema radicular superficial lo hace sensible a la sequía prolongada y a los vientos fuertes, que pueden derribarlo. Esta especie de luz se adapta perfectamente a los jardines septentrionales y a los climas de montaña. Prefiere suelos drenados, ligeramente ácidos, pero tolera bien la presencia de caliza.

Se trata de un árbol de porte elegante, con una copa abierta y ligera, un poco suelta, globalmente ovalada, pudiendo alcanzar en nuestros jardines 15 a 18 metros de altura por 5 m de envergadura. Formará un tronco único que se ramifica más o menos bajo, desarrollándose a veces en árbol multicaule, es decir, con varios tallos o troncos. El principal atractivo del Abedul blanco del Himalaya es su corteza lisa, que se desprende en placas y se vuelve muy blanca al cabo de 4 a 6 años, en el tronco pero a veces también en las ramas. Se observan en el tronco una especie de cicatrices estrechas y horizontales, dispuestas de manera regular, llamadas lenticelas. Su follaje es caduco, cae en otoño y renace cada primavera. Sus jóvenes ramas rojizas llevan hojas de forma oval, enteras y puntiagudas, muy finamente dentadas en el borde, largas de 5 a 7 cm y anchas de 4 a 5 cm. La lámina es de un verde bastante oscuro, brillante en el haz, más pálido y mate en el envés.  El follaje se vuelve amarillo dorado en otoño antes de caer. La floración, discreta, tiene lugar en abril-mayo. Las flores se resumen en espigas colgantes de color amarillo-verdoso.

El principal atractivo del abedul del Himalaya es su sublime corteza blanco puro en todas las estaciones, particularmente espectacular en invierno cuando el árbol carece de follaje. Se instala principalmente aislado, en un lugar estratégico del jardín que permitirá al jardinero contemplar su silueta muy blanca desde una ventana. Para acompañarlo, se pueden instalar cerca de su pie astilbes, hostas y helechos si el suelo se mantiene fresco. O plantar en masa perce-neige, crocus, jacintos del bosque (Scille nutans) así como tulipanes.