Abedul pendula Crispa

Betula pendula 'Crispa', descubierto en el sur de Suecia en 1967, es una forma muy hermosa del abedul llorón. Elegante por su porte estrecho y esbelto, muestra un fino follaje casi lacinado; la silueta majestuosa, un tanto fantasmal, lleva cortinas de hojas casi transparentes. Plantado sobre un tronco rectilíneo, muy blanco cuando es joven, oscureciéndose con el tiempo, constituirá un sujeto muy bonito aislado sobre un césped.

Originario de Europa principalmente central y de Asia templada, el Betula pendula (sin. verrucosa) o abedul llorón es un árbol de gran desarrollo de la familia de las betuláceas. Está extendido en la mayor parte de nuestro territorio pero ausente del amplio perímetro mediterráneo. Esta especie, extremadamente resistente al frío, posee naturalmente un porte piramidal, un tronco más o menos rectilíneo y una copa globalmente ovalada, llevada por largas ramas, provistas de ramas colgantes. Su crecimiento anual es del orden de 35 cm en altura por 20 cm en anchura. 'Crispa', una forma natural seleccionada para el cultivo, se distingue principalmente por sus hojas más pequeñas, más delgadas, profundamente cortadas, terminando en una larga punta.

El árbol alcanzará en promedio 12 m de altura por 6 m de envergadura. El tronco (a veces múltiple) y las ramas principales están cubiertos de una corteza blanca que se desprende ligeramente. Con el tiempo, en los troncos o ramas viejas, adquiere un color casi negro, un aspecto muy rugoso y presenta profundas grietas. Las ramas son de color rojo marrón y están picadas de lenticelas verrugosas. El follaje es caduco, las hojas casi lacinadas, de 6 a 10 cm de largo, irregularmente dentadas en el borde, son de un verde bastante oscuro y brillante. Toman un hermoso tono amarillo pálido antes de caer. La floración discreta tiene lugar en marzo-abril en forma de amentos amarillo verdosos.

El Abedul llorón 'Crispa' es un árbol majestuoso, bastante fantástico en invierno una vez adulto, muy rústico y resistente a enfermedades. Se adapta a todo tipo de suelo no demasiado seco y no demasiado calcáreo y requiere una exposición luminosa, a pleno sol o a media sombra. Lucirá de manera impresionante aislado, en alineación, en seto o en masa de árboles elegidos por su follaje o su corteza decorativa como el Acer griseum o el Betula albosinensis. Las ideas de asociaciones no faltan, según los gustos de cada jardinero: con arces, un Nysa sylvatica, un árbol de caramelo, un caoba chino o incluso un sauce blanco.