Arbol de angélica japonés - Aralia elata Silver Umbrella

El Arbol de angélica japonés Silver Umbrella es sin duda una de las variedades más grandes y hermosas de Aralia del Japón variegada. Este arbusto raro, también conocido como Aralia del Japón Variegata, tiene una silueta amplia y un diseño perfecto que confiere al jardín un encanto muy exótico, muy japonés. Forma un gran parasol poco ramificado, con troncos múltiples, cuyas ramas llevan grandes hojas fuertemente recortadas, marginadas de blanco plateado sobre fondo verde grisáceo. Esta maravilla absoluta también se cubre a finales de verano con grandes umbelas blancas y cremosas, vaporosas y fragantes, seguidas de frutos azul-negro y brillantes. Con el tiempo, y con elegancia, impone su presencia, mereciendo que se le reserve en el jardín el lugar de una obra de arte, en un suelo muy común, a la sombra o al sol.

El arbol de angélica japonés pertenece a la familia de las araliáceas. Es originario de Japón y del noreste del continente asiático. Es un arbusto de porte extendido que puede alcanzar los 4 a 5 m de altura, su envergadura superará los 5 m una vez adulto. La variedad 'Silver Umbrella' se distingue principalmente por un follaje un poco menos desarrollado, pero magníficamente marginado de blanco plateado. A menudo injertados en variedades verdes, más rústicas, los jóvenes sujetos crecen en un tronco único, llevando hojas solo en la parte superior, pero con la edad aparecen ramas laterales cada vez más numerosas. La corteza es gris, en pequeñas placas, espinosa. Estas espinas afiladas también se encuentran en las ramas. La hoja es caduca. Las hojas son compuestas. A veces alcanzan los 50 cm de largo, están subdivididas en numerosos folíolos estrechos y puntiagudos que llevan pequeñas espinas en el pecíolo. Las flores aparecen a finales del verano y duran varias semanas, son de diminutos puntos blancos crema agrupados en una nube ligera que evoca una bruma fragante y zumbante de abejas posadas sobre el follaje. En realidad, están agrupadas en una paniculada flexible de 20 a 40 cm de largo. Luego vienen pequeños frutos negruzcos, muy buscados por las aves. Aralia elata tiende a multiplicarse con chupones y forma matas, lo que le vale el apodo del árbol que camina.

Es un arbusto muy bello que no temerá ni el frío ni la sombra y que se adaptará a la mayoría de los suelos ligeros y frescos. Su follaje muy ornamental merece ser protegido de los vientos fuertes para preservar toda su belleza. Una vez instalado, es magnífico en aislado en un césped o en grupo para formar un ramillete, también es interesante en asociación con árboles y arbustos que aprecian como él los suelos frescos a húmedos como el arraclán, el sauce de hojas de romero, el obierno. En un ambiente más exótico, elija asociarlo con otras hermosas asiáticas, como el árbol de caramelo, el arce del Japón, el Fatsia o el Arisaema, por ejemplo. ¿Qué decir del espectáculo de su masa brillante de nieve y plata en septiembre, cuyo reflejo se extiende sobre el espejo de una charca? Quizás mucha emoción contenida, o incluso una invitación a la meditación, según el observador. La única precaución a tener en cuenta, debido a sus espinas afiladas, concierne a los niños pequeños, que no deben acercarse.

El Aralia elata también es una planta medicinal. Bayas y corteza contienen un principio estimulante utilizado en medicina. La corteza se utiliza en fitoterapia.