Madroño - Arbutus Marina

El Arbutus Marina es una variedad de arbusto híbrido que se cuenta entre los mejores, tanto por sus cualidades ornamentales bastante excepcionales como por su desempeño en el jardín. Dotado de una espléndida corteza de color cambiante que realza a la perfección su hermoso porte tortuoso, este arbusto muy bello se adorna con una floración invernal compuesta de racimos generosamente llenos de pequeñas campanitas teñidas de rosa que conviven con grandes frutos rojos, en una época del año en la que los colores son escasos en el jardín. Flores y frutos animan un foliaje perenne que no carece de elegancia. 'Marina', si bien es espléndido, no es el más resistente al frío; este árbol fresa es cultivable en nuestras regiones templadas, en cualquier suelo bien drenado.

El Arbutus Marina, descubierto por casualidad en un jardín de San Francisco, probablemente es resultado de la hibridación del Arbutus andrachnoides, del cual hereda la hermosa corteza, y de un A. canariensis, que le legó sus frutos de buen tamaño. El Arbutus x andrachnoides, por su parte, proviene del cruce entre el Arbutus andrachne (arbusto de Chipre) con la especie unedo. Todos estos arbustos son originarios de la cuenca del Mediterráneo, y pertenecen a la familia de las ericáceas, al igual que los brezos y los pieris. El arbutus Marina es capaz de florar y fructificar desde temprana edad. La rusticidad de este híbrido es motivo de debate: fuentes serias indican que puede resistir a cortas heladas del orden de -10°C en suelo bien drenado, pero sus brotes jóvenes pueden quemarse a partir de -6/-7°C.

El arbusto Marina se desarrolla lentamente pero seguramente en un pequeño árbol con varios troncos cortos, ramificados en ramas ascendentes de aspecto tortuoso. La copa es abundante y ligeramente extendida. En su madurez, este Arbutus alcanzará una altura promedio de 5 m con 3.50 m de envergadura, a veces más, según las condiciones de cultivo. La corteza de este árbol, en constante mutación, es notable: de color marrón canela, se desprende en grandes placas, revelando una nueva piel lisa de color caoba. Un poco más tarde, esta nueva piel también se desprende, dejando al descubierto una corteza de verde pistacho a oliva que luego se vuelve naranja marrón.

Las hojas persistentes, lanceoladas, de 6 a 9 cm de largo, tienen bordes dentados, de un verde bastante oscuro, brillantes en el haz. Las jóvenes ramas adquieren bonitos tonos anaranjados a bronceados en primavera. Están dispuestas de forma alterna, en hélice alrededor de los tallos. En esta especie, la floración ocurre desde septiembre-octubre hasta diciembre-enero. Las flores, melíferas, de color blanco claramente teñidas de rosa ladrillo, miden 7 mm de diámetro. Son similares a campanitas de lirio de los valles, y se agrupan en racimos colgantes terminales particularmente largos. Dan paso a bonitas bolas amarillas, luego rojas, similares a fresas, de 4 cm de diámetro, comestibles pero de textura rugosa y sin mucho sabor. Flores y frutos de 1 año suelen coexistir en la inflorescencia.

El sistema radicular de este pequeño árbol es del tipo pivotante, capaz de hundirse profundamente en busca de humedad en el suelo. No aprecia los trasplantes, especialmente en individuos ya mayores. El arbusto Marina es una planta muy bien adaptada a la sequía estival.

En climas suaves, el Arbutus Marina se adapta fácilmente al jardín, en suelo ordinario (incluso ligeramente ácido o ligeramente calcáreo), pero no tolera tener las raíces en un suelo constantemente empapado. Esta variedad, dotada de un grafismo bastante extraordinario, renueva el género y permite alargar la duración de floración de un seto mixto con mucho encanto, mientras alimenta a las abejas y a los pájaros en una época del año en la que los recursos son escasos. Es valioso para constituir la estructura persistente de un pequeño seto libre, con el Garrya elliptica y el Rhamnus alaternus Variegatus, por ejemplo, pero forma un sujeto verdaderamente sorprendente cuando se coloca de forma aislada. Despreciado por las plagas y enfermedades, aportará un toque muy personal a un jardín natural, seco, exótico o incluso de inspiración japonesa.