Boj enano - Buxus sempervirens Elegans

El Boj enano, en latín Buxus sempervirens Suffruticosa, es un arbusto persistente muy compacto, longevo y sobrio, es un actor omnipresente en los jardines belgas que tiene su lugar en todas nuestras regiones, hasta el mediterráneo, debido a su carácter extremadamente complaciente. Este arbusto apreciado unánimemente en el arte topiario o para componer la estructura de los jardines a la francesa se burla literalmente del suelo que lo acoge, del seco, del frío y de la dosis de sol que recibirá en su pequeño follaje vernisado. El único reproche que se le podría hacer es su crecimiento realmente muy lento. Y aún así, esto implica también que requiere poco recorte para mantener su porte compacto, ¡una ventaja no despreciable cuando forma un gran bordillo!

El Buxus sempervirens suffruticosa es la variedad enana del boj común más comúnmente utilizada para confeccionar bordillos bajos. El boj, representante célebre de la familia de las buxáceas, es el único arbusto persistente, junto con el Acebo y el Tejo, que es espontáneo en la flora de nuestras regiones situadas al norte del Loira. Sus orígenes son inciertos, pero generalmente se acepta que se encuentran en el sur de Europa, en Asia Menor y en África del Norte. Se encuentra en Portugal, en el norte de España, en Francia, en Alemania, en Inglaterra, en el sur de Bélgica, en Luxemburgo y en Suiza. Pero también en los Balcanes, así como en Bulgaria. Como muestra esta inmensa área de distribución, se trata de un arbusto muy ubicuo, capaz de adaptarse a todo tipo de suelo y clima.

El boj común es un arbusto de crecimiento lento con hojas aromáticas pequeñas (cuyo olor puede desagradar), coriáceas, persistentes, generalmente de color verde oscuro. Es interesante notar que su aspecto varía mucho según sus condiciones de vida. En lugares húmedos u sombreados, su hoja será de un verde más oscuro, será más grande, y la planta superará los 3m de altura. En lugares más bien secos, e incluso muy secos, y soleados, su hoja será más clara, a veces casi amarilla, y su desarrollo más modesto. En otoño o invierno, a veces desde finales del verano en clima muy seco, el follaje puede adquirir interesantes tonalidades bronce u anaranjadas. La floración, abundante, nectarífera y fragante, en racimos de pequeñas flores de pétalos verdosos y con ramilletes de estambres amarillos, tiene lugar en abril-mayo. Cada racimo está compuesto por una flor femenina terminal y varias flores masculinas colgantes. Esta floración es seguida por la formación de pequeñas cápsulas gris-marrón, coriáceas, que contienen numerosas semillas maduras a finales del verano. Su olor atrae a las hormigas que las dispersan, contribuyendo así a multiplicar la planta. Es común ver bojes de 50 años en los jardines de las Casas de familia, y se encuentran, en jardines muy antiguos, individuos de más de 500 años.

El follaje muy denso de los bojes suffruticosa está compuesto por hojas coriáceas muy pequeñas de un verde brillante, más claras al brotar. No superando 1m de altura, con un crecimiento realmente muy lento, estos pequeños arbustos de porte naturalmente redondeado poseen todas las demás características del tipo. Son perfectos para confeccionar bordillos, auténticas guirnaldas vegetales que realzan cada estructura del jardín así como todas las plantas vecinas. Una poda anual es suficiente, en junio, permitiendo la floración de primavera, fragante y agradable por su abundancia. El boj se utiliza frecuentemente en terrazas, en bonitas macetas de cerámica o piedra, y en los pequeños jardines por su fuerte valor decorativo durante todo el año, ocupando poco espacio. En los jardines de cura, puede delimitar los cuadros de plantas aromáticas, las diferentes partes de un huerto, la zona reservada a las flores para cortar... En una zona un poco salvaje del jardín, bajo los árboles grandes por ejemplo, formará bonitos arbustos bien verdes todo el año, emergiendo de un tapiz de hiedra Algerian Bellecour por ejemplo.

Para confeccionar un bordillo, cuente con 5 macetas por metro lineal.

Un árbol legendario: el boj tiene una madera de color amarillo limón, con una veta muy fina, notablemente dura. Es la madera más dura que se puede encontrar en el hemisferio norte. Se sitúa justo detrás del ébano, procedente de diferentes especies originarias de las regiones tropicales del antiguo mundo. Símbolo de inmortalidad, se ha utilizado desde la antigüedad por la calidad de su madera: griegos y romanos lo utilizaban para fabricar tablillas recubiertas de cera en las que escribían. Muy buscado por los torneros, los grabadores, los escultores, también se utilizaba para la fabricación de diversos instrumentos musicales, de mangos de herramientas, y para confeccionar el mazo de las logias masónicas, donde simbolizaba la firmeza y la perseverancia.