Camellia Fuji no Yuki

El Camellia 'Fuji no Yuki' ofrece  en el corazón del otoño un espectáculo tan poético como la nieve cayendo sobre el Monte Fuji. Decora su hermoso follaje oscuro y barnizado con botones diáfanos ribeteados de rosa vivo, que se abren en flores blancas y dobles. Es un arbusto persistente con un porte particularmente erguido, a la vez vigoroso y compacto. Es robusto y capaz de adaptarse a las situaciones ventosas o soleadas, en cambio requiere un suelo sin caliza. Plántelo en solitario en el jardín, en maceta o incluso en un seto florecido.

'Fuji no Yuki' es uno de los muchos híbridos de la especie Camellia sasanqua que pertenece a la familia de las teáceas. Esta planta forma un arbusto con un porte particularmente vertical, pero compacto, de crecimiento bastante lento, alcanzando en 10 años 1 m 50 de altura y 0.80 m de ancho. Su floración se extiende de noviembre a diciembre. Al principio aparecen botones bastante redondos, blancos ribeteados de rosa vivo. Estas marcas persisten en el reverso de las corolas abiertas. Luego vienen las flores de 7 a 9 cm de diámetro, dobles, recordando a las de los gardenias de textura muy fina. Están formadas por 9 pétalos como mínimo alrededor de un corazón de estambres amarillo oro que se revela tardíamente. Son poco duraderas, pero se renuevan continuamente en la planta. El follaje, denso y persistente, está compuesto por pequeñas hojas verde oscuro brillante, ovales y coriáceas.

Camellia x sasanqua 'Fuji no Yuki', al igual que su padre japonés, tolera mejor el sol y las situaciones ventosas que los otros camelios. Se comporta mejor en climas suaves que en regiones frías, donde su rusticidad a veces falla y su floración es destruida. Donde el invierno no es demasiado duro, se instalará en el jardín aislado, o asociado con otras plantas de tierra de brezo (Rhododendron, azaleas, Hortensias, Avellano mágico) en un seto florecido. Camellia 'Fuji no Yuki' merece un lugar destacado, a la entrada del jardín o al final de un pasillo. También puede vestir su base con bulbos de otoño, como los Cólquicos o los Ciclamen de Nápoles. En regiones frías, se instalará en el balcón o la terraza, para llevarlo adentro durante su período de floración en el invernadero frío. Se puede, a la rigurosa condición de rociar regularmente su follaje y regarlo con un agua no calcárea, protegerlo del frío en un apartamento.