Camellia japonica Lady Vansittart

Camellia japonica 'Lady Vansittart' es una antigua variedad de una fantasía desenfrenada. Se destaca primero por sus flores traviesas que son todas diferentes, pero también por sus hojas curiosamente bordeadas, de un verde oscuro y brillante, que recuerdan un poco a las del acebo. Sus corolas en forma de grandes tulipanes semidobles están aleatoriamente estriadas o manchadas de rojo, rosa o blanco, y algunas son incluso perfectamente lisas, en blanco, rosa o casi rojo. Florecen a finales de invierno y principios de primavera, en un arbusto de porte compacto y tupido que sin duda llamará mucho la atención en una gran maceta en la terraza o aislado en el jardín, a media sombra, en suelo ácido y fresco. 

El Camellia 'Lady Vansittart', importado de Japón a Bélgica alrededor de 1890, pertenece a la familia de las teáceas. Algunos especialistas creen que esta variedad es idéntica al cultivar japonés 'Edo-nishiki'. Es un arbusto de porte tupido ligeramente erguido, casi tan ancho como alto, que alcanzará aproximadamente 1 m 30 de alturay 1 m 20 de envergadura a los 10 años. Más o menos temprano según el clima, de marzo a mayo, produce flores de 6 a 9 cm de diámetro, semidobles, muy inusuales. Cada flor, compuesta por 18-19 pétalos dispuestos en 3 filas, está más o menos estriada o jaspeada de rosa suave a rosa medio, o de rosa carmín casi rojo sobre fondo rosa pálido o blanco. En plena floración aparecen en el corazón de la flor unas bonitas estambres amarillo oro, algunas de ellas pueden ser pétaloides. El foliaje, que persiste todo el año, está compuesto por grandes hojas elípticas, de 10 cm de longitud por 4 a 5 cm de anchura, coriáceas, finamente dentadas y fuertemente recortadas en el borde, de un verde oscuro y barnizadas en el haz. Si este arbusto es rústico hasta -15°C en terreno abierto, sus botones florales pueden ser destruidos por la nieve, el viento gélido y temperaturas inferiores a -5°C.

El Camellia japonica 'Lady Vansittart' aprecia los climas bastante suaves y húmedos y florece en las regiones costeras, en suelo ácido, húmedo y bien drenado. En cuanto a la exposición, aceptará el sol no abrasador en un clima favorable, como en las regiones atlánticas, pero es a media sombra, e incluso a la sombra, protegido del sol ardiente y resguardado de los vientos fuertes, donde dará lo mejor de sí mismo. En el jardín, por ejemplo, lo instalará en medio de un macizo de arbustos, junto a otras plantas acidófilas como los Rododendros,  Azaleas, el Cornus Kousa o incluso el Kalmia Latifolia. Pero sería una lástima ahogar esta variedad excepcional, con un encanto único, entre un revoltijo de follajes o flores. Merece un lugar destacado, cerca de la entrada de la casa, o en una hermosa maceta en la terraza, para guardar en invierno en un clima muy frío.