Camellia japonica Virginia Robinson

El Camelia 'Virginia Robinson' es una antigua variedad de camelia japonesa americana siempre apreciada por su floración romántica a principios de primavera. Vigoroso, con un porte erguido pero compacto, este arbusto lleva flores semi-dobles de buen tamaño, de un rosa orquídea pálido o a veces casi blancas, adornadas con un hermoso corazón de estambres dorados. Florecen sobre un follaje de un verde oscuro y brillante, que permanece atractivo durante todo el año. El desarrollo moderado, el porte cuidado y el colorido de acuarela de esta camelia le permiten ser cultivada en una gran maceta en la terraza o el balcón durante muchos años, aportando mucha alegría a los alrededores de la casa desde los primeros días de primavera.

El Camellia 'Virginia Robinson', obtenido en la década de 1950 en EE.UU, pertenece a la familia de las teáceas, al igual que su ancestro el Camellia japonica. Es un arbusto de porte tupido erguido, de enraizamiento profundo, que alcanzará aproximadamente 1,20 m de altura y 90 cm de envergadura a los 10 años. En su madurez, a los 15 o 20 años, podrá alcanzar 1,75 m de altura por 1,50 m de envergadura, en buenas condiciones de cultivo. En abril-mayo, más o menos temprano según el clima, ofrece numerosas flores semi-dobles, bastante grandes, de 7 a 10 cm de diámetro, con pétalos ligeramente arrugados, de color rosa pálido a blanco rosado, organizados alrededor de un corazón lleno de estambres amarillos. Su follaje, que persiste en invierno, está compuesto por grandes hojas elípticas, de 10 a 12 cm de longitud, coriáceas, verde oscuro y brillantes en el haz. Aunque este arbusto es resistente hasta -15°C en suelo abierto, su floración podría verse comprometida por la nieve, el viento gélido y temperaturas inferiores a -5°C.

El Camelia japonés 'Virginia Robinson' aprecia los climas templados y húmedos y prospera en regiones costeras, en suelos ácidos, húmedos y bien drenados. En cuanto a la exposición, aceptará pleno sol en climas favorables, como en las regiones atlánticas, pero es a media sombra, protegido del sol ardiente y resguardado de vientos fuertes donde mostrará lo mejor de sí mismo. En el jardín, por ejemplo, lo instalarás en un macizo de arbustos, junto con otras plantas acidófilas como los Rhododendrons, Azaleas, el Cornus Kousa o el Kalmia Latifolia. Pero sería una lástima ahogar esta variedad en un revoltijo de follajes o flores. Merece un lugar destacado, cerca de la entrada de la casa, o en una bonita maceta en la terraza, para guardarla en invierno en climas fríos.