Ciruelo de flor - Prunus triloba

El Prunus triloba, es el Ciruelo de flor salvaje, menos conocido que su cultivar 'Multiplex' que a menudo es preferido por su desarrollo más reducido. Este hermoso arbusto caduco es apreciado por su maravillosa floración en pompones de un rosa muy fresco que evocan pequeñas rosas antiguas dispuestas a lo largo de sus ramas aún desnudas. En el jardín, es uno de los primeros en anunciar la llegada de la primavera. Encontrará su lugar en un seto libre o en la parte trasera de los macizos, acompañado de otras plantas que tomarán el relevo de su increíble floración rosa.

El Prunus triloba, también conocido como Almendro de flores, es un pequeño arbusto caduco de la familia de las rosáceas, primo de nuestros melocotoneros, cerezos y albaricoqueros. Es originario del norte de China. En cultivo, solo se encuentran las formas de flores dobles del Ciruelo de flor salvaje, más apreciadas por los jardineros. Forma espontáneamente un arbusto ramificado con porte ligeramente extendido, pero también puede ser formado en un pequeño árbol con silueta japonesa si se poda con prudencia. Al alcanzar la madurez, alcanzará aproximadamente 3,50 m de altura por 3 m de envergadura. Su crecimiento es moderadamente rápido. Sus ramas están cubiertas de una corteza peluda de color marrón rojizo. La floración comienza en febrero en climas suaves, en marzo-abril en otros lugares, justo antes de que aparezca el follaje. Pequeñas flores muy dobles, solitarias o en pares, de un rosa suave y fresco, con un diámetro de 2 a 3 cm, aparecen a lo largo de las ramas de 1 año o más. Son seguidas por la aparición de pequeñas hojas ovales, con bordes dentados, de color verde brillante, más oscuros en el haz, más claros y pubescentes en el envés, que adquieren hermosos tonos amarillos en otoño. A veces divididas en tres pequeños lóbulos en sus extremos, son la razón del nombre de especie triloba. Esta planta produce muy pocos frutos, no comestibles, de pequeño tamaño, ovalados y de color rojo brillante.

El Ciruelo de flor merece sin duda ser más plantado en nuestros jardines, especialmente porque no es exigente en cuanto a suelo y clima. Forma parte de esos arbustos que anuncian la llegada de los días hermosos, como los forsythias, Abeliophyllum, membrilleros del Japón o ume (Prunus mume), con los cuales puede combinarse en un macizo o un seto florido. En el jardín, se puede colocar a la vista, en un rincón de un macizo tapizado de violetas, bulbos primaverales tempranos, brezos de invierno, nomeolvides o heléboros, por ejemplo. Sorprenderá cerca de la entrada de la casa, acompañado de un Sarcococca, de un simple lilo y de un Calycanthus que tomarán el relevo de la primavera al verano. Sus ramas en botón se pueden colocar en un jarrón : corte algunas cuando los botones apunten, florecerán muy pronto, alrededor de un mes antes que los del arbusto plantado en el jardín.

Consejo : No lo podéis al principio de la temporada para disfrutar plenamente de la floración.