Prunus pumila Depressa

El Prunus pumila var. depressa es frecuentemente llamado Guinda rastrera de arena o también ciruelo rastrero de arena, debido a su peculiar porte postrado, ampliamente extendido. Su encantadora floración blanca, en el corazón de la primavera, seguida de pequeñas guindas negras y comestibles, vincula sin ambigüedad este sorprendente arbusto caduco y tapizante a la gran familia de los cerezos ornamentales. En otoño, su pequeño follaje se tiñe de tonos rojos y anaranjados, de un efecto más bello cuando rebosa de macetas de flores o se extiende en grandes mantos sobre el suelo. En el jardín, no se trata de una planta de suelo seco, sino de tierra ligera y bien drenada, que permanece fresca incluso en verano. Encontrará su lugar en el borde de un macizo, en una gran rocalla fresca, donde formará naturalmente un resistente cubresuelos, tan original como ornamental.

El Prunus pumila Depressa, de la gran familia de las rosáceas, es una especie botánica extendida en dunas y riberas arenosas de Canadá y gran parte de los Estados Unidos. Es una planta de suelo filtrante, arenoso a rocoso, de clima duro en invierno y regado durante todo el año. De crecimiento moderadamente rápido, presenta un porte muy extendido, sostenido por largas ramas rojizas que se arrastran por el suelo. Su sistema radicular, muy desarrollado, tiene la capacidad de retener suelos porosos y ligeros. En su madurez, no superará los 25-35 cm de altura por 2,50 m de envergadura, propagándose a través de rizomas. Simultáneamente a la aparición del follaje, en abril-mayo según las regiones, aparece una profusión de pequeñas flores de 5 pétalos de 2 cm de diámetro, agrupadas en pequeños racimos en las ramas del año anterior. Muy visitadas por las abejas, dejan paso a pequeños frutos que se asemejan a guindas negras a finales de verano. Comestibles, sin embargo, son más apreciados por los pájaros que por los humanos. El follaje, caduco, está compuesto por pequeñas hojas enteras, coriáceas y alargadas, alternas. Son de 2 a 5 cm de longitud, de un verde bastante oscuro y brillante en el haz, de un blanco azulado en el envés, y finamente dentadas en el borde. En otoño, se tiñen de hermosos colores anaranjados a rojos.

Este sorprendente Prunus tapizante forma un magnífico cubresuelos en terrenos porosos y frescos. Interesante la mayor parte del año, muy resistente, no requiere poda, excepto para contener su desarrollo lateral. Se realzará especialmente en una gran rocalla o en el borde de un macizo arbustivo soleado. Perfectamente resistente, es cultivable incluso en jardines de montaña, siempre en suelos frescos. No le gustan los suelos pesados y arcillosos ni las situaciones demasiado áridas, pero tolera muy bien el cal.