Prunus yedoensis - Cerezo Yoshino

El Prunus x yedoensis, a veces llamado árbol de cobre, es una variedad de guinda ornamental especialmente elegante debido a su porte muy flexible, su floración temprana, generosa y delicadamente perfumada, y su follaje otoñal de un hermoso tono amarillo cobrizo. Aún sin hojas en marzo-abril, sus ramas se inclinan ligeramente bajo una multitud de racimos con aroma a almendra que van del rosa al blanco. Rústico y poco exigente en cuanto al suelo, este árbol de desarrollo moderado, muy común en Japón,  tiene indudablemente un encanto irresistible. Razones de peso para adoptarlo en la mayoría de nuestras regiones.

El Prunus (x) yedoensis es un híbrido obtenido en Japón en 1864, mediante el cruce del Prunus speciosa y del Prunus subhirtella. Todos estos pequeños árboles pertenecen a la extensa familia de las rosáceas. Se trata de un árbol caducifolio de desarrollo moderado y crecimiento bastante rápido, que alcanza en promedio 8m de altura por casi la misma anchura (6-7m). Desarrolla uno o varios troncos cubiertos de una corteza lisa, marrón-grisácea, y una corona amplia, abierta, sostenida por ramas ligeramente inclinadas en sus extremos. La floración tiene lugar en marzo-abril, más temprano o más tarde según la región. Las flores, reunidas en pequeños racimos de 5 a 6, suspendidas en un corto pedúnculo, son simples. Nacen de botones rosa pálido y luego se abren en corolas de 5 pétalos, de 3 a 3.5cm de diámetro. Las flores, perfumadas y nectaríferas, son seguidas por la formación de pequeños frutos redondos y negros cuando maduran, apreciados por las aves. El follaje, caduco, está compuesto por hojas alternas, ampliamente ovales, de 6 a 12 cm de longitud, con bordes doblemente dentados. La lámina, de color verde medio, presenta un envés pubescente y en otoño se torna amarillo dorado a naranja.

Su delineada por ramas flexibles, hace que este cerezo ornamental sea ideal para el cultivo aislado. Deslumbrante desde los primeros días primaverales, requiriendo muy poco mantenimiento, este pequeño árbol es adecuado para jardines de tamaño mediano o grande, donde se realzará especialmente en el centro de un lecho de plantas vivaces cuyas floraciones se sucederán desde la primavera hasta el verano. Perfectamente resistente, puede cultivarse en numerosas regiones, pero no tolera los suelos compactos y arcillosos ni las condiciones áridas. Por ejemplo, en un gran seto libre o en un lecho se puede asociar con otros cerezos de floración primaveral,  manzanos ornamentales, durazneros de flor,  ciruelo de flor de China, espino albar, albaricoquero japonés (Prunus mume)... Un tapiz de jacintos azules, hepáticas o incluso de muscaris azules sería muy efectivo a sus pies.