Chilopsis linearis - Sauce del desierto

El Chilopsis linearis debe su apodo de sauce del desierto a su elegante porte flexible, la similitud de sus largas hojas con las del sauce, y a sus orígenes desérticos. Pequeño árbol xérico singular por sus flores de trompeta trepadora rosadas en verano, exótico pero resistente, de una sobriedad ejemplar, aún es raro en nuestros jardines a pesar de sus numerosas cualidades.  Gracioso, original y poco voluminoso, pronto se volverá indispensable para la ornamentación de jardines sometidos a largas sequías estivales.

El Chilopsis linearis pertenece a la familia de las Bignoniáceas, al igual que el Catalpa y la bignonia roja. Es originario de zonas semiáridas del suroeste de Estados Unidos y México, donde crece a pleno sol en suelos pobres, a menudo cerca de ríos secos, en graveras y en barrancos. Son sus raíces que se adentran muy profundamente en el suelo las que le permiten resistir largos meses sin agua. Su resistencia al frío es del orden de -12 a -15°C si está plantado en un suelo muy bien drenado. Tolera la salinidad, los suelos salinos y el calizo. Su crecimiento es lento durante la fase de instalación, luego se acelera.

Dejado en libertad, el sauce del desierto forma un pequeño árbol con un porte a veces irregular, de 4 a 5 m en todos los sentidos, sostenido por ramas flexibles. Presenta uno o varios troncos cortos, dando lugar a una ramificación bastante baja. Sus hojas, caducas, brotan tardíamente en primavera, en abril-mayo, y caen tardíamente en otoño.  Son coriáceas, lineales, estrechas, afiladas en punta, curvadas, de 10 a 20 cm de largo y 4 mm de ancho. Su color es un verde bastante oscuro. La floración es abundante en junio, y se extiende de manera más esporádica durante el verano. Las flores se agrupan en racimos cónicos y erectos de 10 a 30 cm de largo, en la parte terminal de las ramas, en la madera del año. Las flores, de unos 2,5 cm de ancho, son tubulares, de forma campanulada, compuestas por 5 lóbulos, tres más anchos en la parte baja y dos más pequeños con el margen muy ondulado en la parte alta. Su color varía según los individuos, desde el púrpura al rosa oscuro, al magenta, al azul lavanda y al blanco-rosado, con una garganta amarilla o estriada de púrpura o berenjena. Son ligeramente perfumadas, y son polinizadas por abejas, especialmente por la abeja carpintera de color negro. Los frutos son largas vainas verdes en forma de judía que contienen muchas semillas provistas de sedas. Serán dispersadas por el viento.

Verdadera planta camello, poco exigente en cuanto al tipo de suelo siempre que esté bien drenado, el Chilopsis linearis forma parte, junto con el Yuca Roja (Hesperaloe parviflora) y  los dasyliriones, de las mejores plantas para vegetalizar las zonas áridas del jardín, desde el borde del mar hasta el interior de tierra adentro. Perfectamente resistente a la sequía una vez bien establecido, es un valioso activo para esos jardines tan poco florecidos en verano.  Se plantará aislado para proporcionar sombra ligera en la terraza, por ejemplo, en el centro de un macizo con plantas vivaces o arbustos de suelo seco (salvia del desierto Leucophyllum frutescens, Salvia chamaedryoides, lavanda...), pero lejos de otros árboles y siempre alejado de las canalizaciones. Para acompañarlo, puedes elegir el Salígnite (Halimodendron halodendron), un céanothe Concha, o el catalpa (Ungnadia speciosa), cuyas floraciones están desfasadas. El Chilopsis linearis también se cultiva en una maceta grande para embellecer la terraza.