Halimiocistus wintonensis Merrist Wood Cream

Halimiocistus wintonensis 'Merrist Wood Cream' pertenece a la familia de las Cistaceae. Este híbrido surgió en cultivo en Inglaterra, por el cruce de Halimium lasianthum 'Formosum' y Cistus salvifolius. Este pequeño arbusto ramificado presenta un porte tupido y extendido. Alcanza una altura de 60 cm, con un diámetro de 80 cm. La floración ocurre en primavera o a principios de verano según el clima, y dura unas tres semanas. Las flores reflejan la unión entre sus progenitores, en corolas redondas bien abiertas, de 4 a 4.5 cm de diámetro, blanco lavado de crema, realzadas con una amplia mancha roja oscura que rodea el corazón amarillo brillante. Los pétalos se superponen ligeramente, lo que le confiere a esta flor un aspecto ligeramente turbio y un tanto hipnótico. Viven apenas un día, cubriendo el suelo con sus pétalos al final de la tarde, pero ya habrán sido reemplazadas a la mañana siguiente. El follaje, persistente, está compuesto por hojas gruesas y gofradas, ovales, verde grisáceo, pubescentes, de 3 a 5 cm de largo.

Halimiocistus wintonensis 'Merrist Wood Cream' es una planta de rocalla y de terrenos pobres, perfectamente adaptada a la sequía. Crea un macizo persistente, evocando la garriga, mezclando los follajes y los aromas de lavandas (azules, blancas, rosas), romeros (rastreros o erectos), tomillos (T.vulgaris, T. polytrichus), salvias (Salvia x jamensis u officinalis), oréganos, teucrios (T.chamaedrys, T. x lucidrys, T. hircanicum), amapolas de California, mentas de gato, ballotas, euforbias de terrenos secos (E.characias, E. cyparissias). La cultivación en macetas grandes es posible, cuidando el drenaje y proporcionando riegos abundantes pero espaciados en verano, dejando que el sustrato se seque entre dos aportes de agua.

El cisto es una planta pionera, vinculada a la ecología del fuego. En la naturaleza, la germinación de las semillas está sujeta a la acción del calor intenso y breve relacionado con los incendios. Colonizan rápidamente las superficies devastadas, permitiendo que otras plantas se establezcan a la sombra de sus ramas. Con una vida relativamente corta, de 10 a 15 años, los cistos luego ceden su lugar a arbustos más grandes que los privan de sol.