Jara - Cistus skanbergii

El Cistus (x) skanbergii es un cistus compacto, denso y redondeado, especialmente florífero en primavera. Se trata del híbrido natural entre el Cistus monspeliensis y el C. parviflorus, dos especies comunes en Chipre. Su vigor y robustez parecen incluso permitirle, en su entorno natural, desplazar a sus dos padres tomando posesión del terreno. Este arbusto que forma una bola verde almendra casi gris, vestida con un follaje muy gris, desaparece en mayo-junio bajo una multitud de flores rosa pálido, cuyo pequeño tamaño es ampliamente compensado por su cantidad. No se necesita más para que los apasionados de estos arbustos mediterráneos disfruten de su temperamento impetuoso para embellecer de la mejor manera su jardín de rocalla.

El Cistus (x) skanbergii es una planta de la familia de las cistáceas, que se encuentra de forma silvestre en las laderas pedregosas y calcáreas de la península de Akamas, en Chipre. Este arbusto muy ramificado forma una bola aplanada y densa de 80 cm de altura por 1 m de envergadura. La floración tiene lugar antes del período de sequía y calor estival, de mayo a junio-julio, dependiendo del clima. Posee flores efímeras de 3 cm de diámetro, formadas por 5 pétalos un poco arrugados, de un rosa suave algo plateado, con reflejos salmonados. El centro de la flor está ocupado por un ramillete de estambres dorados. Cada flor desaparece al final de la tarde, dejando caer sobre el suelo una lluvia de pétalos. Pero los botones son innumerables, garantizando una floración que dura más de un mes. La floración da paso a frutos que se abren hacia el cielo, como pequeñas cestas llenas de semillas. Sus hojas son persistentes, pequeñas, estrechas y alargadas, verdes pero cubiertas de un terciopelo gris. El sistema radicular de este cisto es a la vez profundo y ramificado, tan potente que logra infiltrarse entre las rocas fracturadas para extraer la menor huella de frescura en profundidad. Es resistente hasta -10/-12°C en suelo perfectamente drenado.

El Cistus skanbergii tolera bien el calcáreo y resiste perfectamente a la sequía estival. Bien adaptado a suelos pedregosos, requiere calor, sol y un suelo muy drenado, seco en verano. Es una excelente planta de rocalla y terrenos pobres, incluso calcáreos: sus flores frágiles esconden un temperamento sólido y una robustez a toda prueba. Cree un macizo persistente, evocando la garriga, mezclando los follajes y los perfumes de lavandas (azules, blancas, rosadas), romeros (rastreros o erectos), tomillos (T.vulgaris, T. polytrichus), salvias (Salvia x jamensis o officinalis), oréganos, teucrums (T.chamaedrys, T. x lucidrys, T. hircanicum), amapolas de California, nepetas, balotas, euforbias de terrenos secos (E.characias, E. cyparissias). El cultivo en macetas grandes es posible, cuidando el drenaje y proporcionando riegos abundantes pero espaciados en verano, dejando que el sustrato se seque entre dos aportes de agua.