Cordiline - Cordyline australis

La Cordiline australe, en latín Dracaena australis, es una planta arbustiva de lo más exótica, que expresa con elegancia todo el encanto de los antípodas. Se asemeja a una pequeña palmera con largas hojas agrupadas en manojos, de las cuales emergen, en verano, en sujetos de edad avanzada, inmensas panículas de flores blancas-crema y fragantes que permanecen decorativas durante mucho tiempo. Esta hermosa planta aprecia los suelos arenosos y las brisas marinas. En suelo abierto, se reservará para climas costeros, en otros lugares se cultivará en una maceta grande, para decorar el porche o incluso la casa en la mala temporada.

La Cordiline australis es una planta vivaz arborescente de la familia de las agaváceas endémica de Nueva Zelanda. En la naturaleza, esta planta alcanza los 20 m de altura y forma un tronco robusto que se ramifica en numerosas ramas con cabezas foliadas que pueden alcanzar 1 m de longitud. La cordiline está presente en hábitats muy diversos, como los bordes de los bosques, las orillas de los ríos y las zonas despejadas, especialmente cerca de los pantanos.

La planta tiene un porte en roseta foliada en estado juvenil (durante varios años), luego forma un pequeño árbol con tronco único y ramas con grupos de hojas. En suelo abierto, en nuestros jardines costeros, alcanzará, lentamente,  5 a 6 m de altura, con una envergadura de 2 m. En macetas, rara vez superará los 2m50 de altura, la corona alcanzando 1 m de envergadura, y probablemente nunca florecerá. Sus hojas, persistentes, son largas y estrechas, en forma de espada, puntiagudas, ligeramente arqueadas y más anchas en las más viejas. Miden de 40 a 90 cm de longitud y 3 a 7 cm de ancho en la base. La floración ocurre en verano, en las plantas adultas. Cada rama puede ramificarse tan pronto como haya producido un tallo floral. Las pequeñas flores blancas, melíferas y delicadamente perfumadas, se agrupan en pequeñas rosetas y se llevan en grandes panículas densas que miden 60 a 100 cm de longitud. El fruto, una baya blanca y redonda, es muy apreciado por las aves. En las plantas viejas, la corteza del tronco, gris, de aspecto corchoso y agrietado, es esponjosa al tacto. La Cordiline australis es una planta de crecimiento lento, pero muy longeva.

Resistente al viento y a las salpicaduras, es una buena planta para el borde del mar que se encuentra a menudo en jardines municipales. La Cordiline australis puede ser colocada en el centro de un macizo, utilizada como árbol de alineación, como cortavientos, o aislada en un jardín templado, ya que aprecia particularmente los climas atlánticos y mediterráneos. Puede resistir a heladas breves del orden de -5/-7°C, lo que permite cultivarla en toda Francia en una maceta grande que pasará de la terraza al porche en invierno. En maceta, es necesario vigilar el riego y la fertilización. Esta planta notable, al igual que los plátanos, las proteas, los cannas, los Grevillea, los bambúes, los miscanthus gigantes o el ricino, dará un aspecto verdaderamente exótico a nuestros jardines y terrazas.  Compone magníficos setos floridos, a la vez muy ornamentales y eficaces para proteger el jardín del viento.