Cornus alba

El Cornus alba o cornejo siberiano es una especie originaria de Siberia, perfectamente resistente y tolerante incluso a los suelos secos y calcáreos! Forma un gran arbusto caduco tupido, más ancho que alto, con grandes hojas verdes que se tornan de un rojo anaranjado brillante en otoño antes de caer, contrastando con sus racimos de frutos de un azul lechoso. Sus numerosas ramas erguidas con una corteza roja sangre intensa se destacan bellamente en los fondos invernales opacos, representando su principal atractivo ornamental. Dotado de una excepcional vigor y un crecimiento rápido, es el arbusto ideal para formar setos libres o un fondo de macizo fácilmente, manteniendo el jardín estéticamente atractivo en temporada baja. Plantar en grupos, al sol o a media sombra, en suelos frescos de preferencia. Una exposición más luminosa intensifica el colorido del follaje otoñal.

El Cornus alba pertenece a la familia de las cornáceas. El Cornus alba, también conocido como cornejo siberiano, es originario de Siberia, de las orillas del río Amur y de los bosques húmedos de hoja caduca y coníferas que se encuentran en Rusia y Manchuria. Siempre crece cerca de cursos de agua, en climas duros y contrastantes que son prueba de su resistencia. Este arbusto caduco muestra un porte tupido, un poco más ancho que alto. Es un arbusto ramificado, con aspecto de mata, que alcanzará en promedio 1,5 m de altura, con un diámetro de 2 m. Su crecimiento es rápido. Su ramificación es roja sangre y brillante, tanto en su juventud como en su madurez, y tiene la ventaja de no despejarse desde la base. La follaje, caduco, nace verde en primavera, para terminar en un rojo anaranjado antes de la caída de las hojas. Las hojas son enteras, claramente nervadas y onduladas, con una longitud de aproximadamente 10 cm. Su floración de finales de mayo a finales de julio no es su principal atractivo y es bastante discreta, en forma de pequeñas flores blancas-amarillentas dispuestas en cimas, melíferas. Le sigue la fructificación en bayas blancas cremosas que contienen semillas oleaginosas, adquiriendo un tono azulado en la madurez. Las ramas inferiores forman retoños o enraízan en el suelo, sin que el arbusto se vuelva invasivo.

Sea cual sea el tamaño y estilo del jardín, siempre habrá un cornejo para embellecerlo. El cornejo siberiano ofrece un espectáculo desde otoño hasta invierno, y su desarrollo bastante modesto le permite formar parte de un seto mixto de altura media o constituir un bello fondo para los macizos de vivaces o arbustos. También se puede colocar en el borde de bosques para hacer una transición con el campo. Su asociación con Helianthus, Heliopsis o Hemerocallis formará un escenario muy colorido. Como es un arbusto que se encuentra bien cerca del agua, se puede plantar, junto con el Cornus stolonifera 'Faviramea' de corteza amarilla, detrás de un primer plano de astilbes, no lejos de una charca.