Cornus canadensis

El Cornus canadensis, también conocido como Cornejo, es un cornejo diferente a los demás: se trata de una planta tapizante vivaz y no de un arbusto o árbol. Es interesante gran parte del año, primero por su follaje bellamente estructurado, luego por sus inflorescencias geométricas con 4 grandes brácteas blancas, seguidas de bayas rojas brillantes, y finalmente por su follaje otoñal rojizo. Este cornejo canadiense forma un tapiz cambiante realmente decorativo en el sotobosque, al pie de setos o en macizos sombríos. Muy resistente al frío, prospera solo en suelos frescos a húmedos, húmicos y no calcáreos.

El Cornus canadensis pertenece, como todos los cornejos, a la familia de las Cornáceas. Es originario del este de América del Norte, pero también del noreste de Asia. En la naturaleza, se encuentra en bosques, en lugares húmedos y semisombreados, arraigado en el espeso humus del sotobosque. En realidad, se trata de un subarbusto con chupones compuesto por numerosos tallos lignificados únicamente en la base, emergiendo de una red muy densa de rizomas rastreros.  En su madurez, en nuestros jardines, este cornejo forma hermosas alfombras espesas, no superando los 15-20 cm de altura y extendiéndose sobre 1 m² como máximo.

Los tallos llevan en su extremo un ramillete de 4 a 9 hojas ovales y puntiagudas, de 4 a 9 cm de largo, recorridas por venas bien visibles, de color verde brillante hasta septiembre.  Mayormente caduco, este follaje desaparece en octubre, después de haberse vestido de hermosos colores rojos a purpúreos. La parte herbácea de los tallos muere en invierno y se producen nuevos tallos cada año en primavera.

La floración tiene lugar en junio-julio, a veces ya en mayo según el clima. Se presenta en forma de inflorescencias compuestas por una pequeña cabeza compacta de diminutas flores de un verde rojizo bastante insignificantes, de 1,5 cm de diámetro, rodeada de 4 bellas brácteas blancas y redondeadas, midiendo de 4 a 5 cm de longitud. El follaje verde está entonces salpicado regularmente de 'falsas flores' blancas geométricas y visibles desde lejos, muy visitadas por los insectos libadores. Las flores son seguidas a finales del verano por bayas rojas agrupadas en racimos. Los racimos, de 4 a 7 bayas, son comestibles y persisten hasta la llegada del invierno.

El Cornus canadensis forma un hermoso tapiz en el sotobosque, en zonas poco iluminadas y frescas a veces difíciles de diseñar. Una vez establecido, no requiere ningún mantenimiento. Sin embargo, no tolera la sequía ni el calcáreo. Plántelo en macizos sombríos o al pie de un seto, bajo arbustos de tierra ácida (Andrómeda, camélias, Pieris, Kalmia). Forma también hermosas asociaciones con los brezos (Calluna) y los helechos.