Cotoneaster dammeri Eichholz

El Cotoneaster dammeri Eicholz es un vigoroso arbusto rastrero, de gran desarrollo, formando un gran cubresuelos persistente, atractivo durante todo el año. Incluso en condiciones difíciles. Su follaje muy denso desalienta la aparición de malas hierbas en los taludes y deja espacio limpio al pie de arbustos más grandes. En primavera se cubre de bonitas flores blancas que dan paso a bayas rojo brillante, bastante decorativas sobre su follaje brillante de un verde muy oscuro. Realmente muy adaptable, este arbusto prosperará incluso en la sombra y en tierras ingratas y secas en verano, una vez bien establecido. 

El Cotoneaster dammeri Eicholz pertenece a la familia de las rosáceas. Es originario del centro y oeste de China. Este arbusto muy vigoroso es capaz de resistir las sequías marcadas pero también los inviernos muy crudos, incluso cuando crece en un suelo pobre y pedregoso. Tiene un porte postrado, extendido y rastrero, sostenido por ramas curvas y flexibles, ramificadas, de color marrón rojizo. Su crecimiento es bastante rápido, alcanzará aproximadamente 35 cm de altura por 1,80 m de envergadura. Su follaje persistente está compuesto por hojas pequeñas gruesas y coriáceas, de forma ovalada, no superando 1 cm de longitud por 5 mm de ancho. Son de un verde muy oscuro y lustroso. La floración tiene lugar en mayo-junio, en forma de flores muy pequeñas con 5 pétalos blancos. Esta floración, melífera, da paso a frutos carnosos de 5 a 7 mm de diámetro, de un rojo coral vivo, apreciados por los pájaros. 

Este cotoneaster rastrero es ideal para cubrir grandes superficies en las zonas difíciles del jardín a las que aporta un toque muy cuidado. Si bien acepta crecer en casi cualquier condición, será más fructífero al sol o en media sombra y se desarrollará más rápidamente en suelo fértil y fresco. Perfecto al pie de un gran seto o en un rincón sombrío y desnudo del jardín, por ejemplo bajo un gran árbol, también se puede plantar en una rocalla para rellenar los espacios entre otras plantas. Plántelo sin dudarlo en un gran talud, sobre un muro de contención, en el borde de la terraza o de un camino. Se puede asociar, por ejemplo, con el enebro rastrero Blue Star, el Euonymus fortunei Emerald Gaiety y el Forsythia intermedia Marée d'or cortasol para darle el color que le falta un poco.