Cotoneaster horizontalis - Griñolera

El Cotoneaster horizontalis, también conocido como Cotoneaster rastrero, es un arbusto caducifolio muy resistente, resistente al frío, ahorrador de agua, muy utilizado por profesionales en el diseño de paisajes, especialmente para cubrir grandes taludes de carretera. A su facilidad de cultivo, se pueden añadir cualidades ornamentales interesantes: sus pequeñas hojas se vuelven flamígeras en otoño, su follaje verde oscuro se salpica de pequeñas flores blancas en primavera y sus ramas se adornan con numerosos frutos rojos brillantes en invierno. antes de introducirlo en el jardín, se debe tener en cuenta su desarrollo que puede ser importante con la edad, aunque tolera perfectamente la poda.                                                           

El Cotoneaster horizontalis es una especie de la familia de las rosáceas originaria de China, Taiwán y de Nepal. En la naturaleza, este arbusto se encuentra en regiones montañosas secas, entre 1500 y 3000 m de altitud. Prospera en matorrales, entre rocas y en pendientes rocosas. Su crecimiento es bastante rápido, su porte es denso, bien ramificado, extendido, mucho más ancho que alto. A largo plazo, su vegetación alcanza fácilmente 1 m de altura y 3 m de envergadura si no se poda. Sus ramas horizontales están muy ramificadas, todos los tallos están dispuestos en el mismo plano, en "espina de pescado". Las ramas se enraízan naturalmente al contacto con el suelo. Sus hojas caducas miden  6 a 12 mm de largo, son enteras, ovales, de un verde oscuro brillante. En otoño, se colorean de rojo anaranjado antes de caer. La floración, abundante y melífera, tiene lugar en mayo. Tiene la forma de flores simples de 5 pétalos, de 6 a 8 mm de diámetro, de color blanco rosado. Estas flores son solitarias o en pareja. Después de la polinización por los polinizadores, se forman frutos que maduran en septiembre. Son drupas de color rojo brillante, miden 5 mm de diámetro, muy apreciadas por los pájaros. Persisten durante el invierno en las ramas desnudas, ofreciendo un bonito efecto decorativo. Los pájaros dispersan las semillas en el jardín.

Poco exigente, el Cotoneaster horizontalis se adapta a cualquier suelo bien drenado, incluso calcáreo y bastante seco en verano. Casi sin mantenimiento, basta con una poda de equilibrio en marzo para conservarle una forma rastrera y limitar sus ansias conquistadoras. Es un excelente cubresuelos en un talud o en una gran rocalla, pero también se puede integrar en un pequeño seto, e incluso palisarlo contra una pared. Para vegetar una pendiente o un talud, combine el Cotoneaster rastrero con céanothes persistentes, un Cotoneaster suecicus Juliette o un Juniperus horizontalis Blue Chip por ejemplo. Aporte un poco de color con un rosal tapizante Nozomi y potentillas arbustivas…