Laburnum anagyroides

El Laburnum anagyroides, también conocido como árbol de oro o falso ébano, es un pequeño árbol caducifolio magnífico que se adorna con largos racimos colgantes de 30 cm de largo, llenos de flores amarillas doradas deliciosamente perfumadas, a finales de la primavera. Contrasta maravillosamente con un follaje pinnado verde brillante. Originario de las regiones secas y cálidas de Europa, el árbol de oro se adapta perfectamente a suelos drenantes a secos y disfruta del sol.

Originario de las regiones montañosas del centro y sur de Europa, el Cytise común es un gran arbusto de la familia de las fabáceas de porte extendido o llorón, pudiendo alcanzar hasta 8 m en todos los sentidos. Su crecimiento es rápido, aproximadamente 1 metro por año. Al igual que la glicina, produce largos racimos de flores colgantes, de color amarillo dorado, muy melíferas y perfumadas, de mayo a julio según las regiones. Le siguen vainas cubiertas de pelos marrones que contienen semillas negras. El follaje caduco, de color verde brillante, a veces grisáceo, con reverso velloso y compuesto por 3 folíolos ovalados de 3 a 7 cm de longitud. Su corteza lisa, de color verde cuando es joven, se agrieta y adquiere un tono gris con la edad.

Rústico hasta -15°C, el Laburnum anagyroides no es exigente en cuanto al tipo de suelo, crece en cualquier suelo bien drenado, pobre y calcáreo. No tolera la humedad estancada en invierno. Ofrézcale una ubicación soleada o semisombreada y cálida para una buena floración. Tolera bien los períodos de sequía. La forma en arbusto es la más natural y adecuada para este tipo de arbusto. La forma en tronco no es muy deseable ya que la cepa emite retoños que deben eliminarse regularmente. Para crear un cuadro mágico, plante varios ejemplares, espaciados a 3 m a cada lado de un pasillo: las ramas se unirán para formar un arco del cual colgarán en cascada sus racimos. Entre los pies, instale ajo decorativo con tallos rectos coronados por grandes pompones para marcar el camino de esta gruta vegetal. También puede colocarlo en un seto campestre, acompañado de otros arbustos como el lilo, la glicina mantenida en árbol, los seringatos, los avellanos, los cornejos japoneses o los membrilleros japoneses.

Atención, todas las partes son tóxicas, especialmente las semillas.