Dicksonia fibrosa - Helecho arborescente

La Dicksonia fibrosa es un helecho arborescente que forma, al alcanzar la madurez, un tronco negro, llamado estípite, que lleva en su parte superior una amplia mata de hojas exuberantes de un bonito verde esmeralda que le confiere un carácter muy exótico.

En la naturaleza, el estípite (tronco) de este helecho puede alcanzar hasta 6m de altura y medir de 30 a 50cm de diámetro. En nuestro entorno, rara vez supera los 2 a 3 metros de altura. Está compuesto por sedas marrones y una red densa de raíces capilares que le otorgan este color negro y aspecto "fibroso". Su crecimiento es lento, pero su vida extremadamente larga.

Las frondas (hojas) se encuentran en la parte superior del estípite y miden de 1m a 2m de longitud, formando una amplia mata abierta que puede medir hasta 4m de diámetro. De color verde oscuro, las frondas, tripennadas, son ásperas al tacto y tienen un aspecto muy opaco. Son persistentes y tienen una vida media de 2 años cada una, siempre que las heladas no sean demasiado intensas; de lo contrario, se "queman" en invierno y son reemplazadas por nuevas frondas en la primavera siguiente.

Los helechos arborescentes no son conocidos por su gran rusticidad, sin embargo, algunas especies como Dicksonia antartica y D. fibrosa son bastante resistentes sin protección alguna hasta -7°C, e incluso hasta -10°C si se encuentran en un lugar tranquilo, sin viento.

Por encima de eso, se requiere protección invernal. Puede reducirse a un "sombrero de paja" para proteger las futuras frondas que se encuentran en la parte superior del estípite (tronco), la zona más sensible al frío. De esta manera, el helecho podrá resistir hasta aproximadamente -12°C durante un corto período. Otra solución consiste en cultivarlos en una maceta grande para llevarlos al interior durante el invierno en una veranda mantenida libre de heladas o con muy poco calor.

De aspecto similar a la Dicksonia antartica, la D. fibrosa tiene un tronco y un follaje más pequeños y oscuros. Estas dos especies pueden aclimatarse en nuestras latitudes.