Dipelta floribunda

El Dipelta floribunda es un arbusto poco conocido cercano a los madreselvas. Forma un arbusto elegante y saludable, que en primavera lleva una generosa floración blanco rosada con corazón amarillo anaranjado, ligeramente perfumada. De fácil cultivo, solo requiere un suelo lo suficientemente profundo y drenado. Su corteza marrón avellana en placas, también es muy ornamental después de algunos años.

El Dipelta floribunda es un gran arbusto caduco de la familia de las Caprifoliáceas. Por lo tanto, es pariente de los madreselvas, que incluyen enredaderas bien conocidas pero también arbustos de aspecto bastante similar. El Dipelta es originario de China, donde se puede encontrar en los bordes de los bosques, especialmente en los bosques mixtos que incluyen coníferas. A pesar de haber sido descubierto en 1875 e introducido en cultivo a principios del siglo XIX, sigue siendo curiosamente poco conocido entre los viveristas a pesar de sus muchas cualidades. Si en su entorno natural puede alcanzar los 6 metros, se mantendrá más bien alrededor de 3 a 4 metros en nuestros climas. Frondoso, ramifica fácilmente pero sigue siendo frondoso especialmente en el extremo de las ramas ligeramente inclinadas, lo que le confiere una apariencia esbelta y elegante bastante rápidamente, aunque crece más lentamente que un madreselva. Las hojas de color verde claro son ovales a lanceoladas, con un extremo puntiagudo, y miden de 6 a 10 cm de largo por 3 a 6 cm de ancho. El Dipelta no desmiente su nombre de "floribunda" (que significa florífero en latín), ya que a finales de la primavera, entre mayo y junio, muestra en la madera del año anterior numerosos racimos compactos de flores tubulares de 5 labios blanco rosadas, con corazón anaranjado. Cada flor, melífera y ligeramente perfumada, mide hasta 4 cm y se encuentra encajada en medio de 4 brácteas de tamaños desiguales. Las dos más grandes continúan desarrollándose después de la floración, y encierran el fruto en un bello envoltorio con aspecto de papel arrugado una vez secas. La muy hermosa corteza, color canela, se despega en fragmentos: después de algunos años, se convierte en un atractivo adicional para esta especie aún poco común pero llena de encanto.

El cultivo del Dipelta floribunda es también bastante sencillo: ofrézcale una ubicación a media sombra, en una buena tierra de jardín ni demasiado ácida ni demasiado calcárea, lo suficientemente profunda. En suelo pobre, añada compost en la superficie al plantar y mulche abundantemente después. Evite los vientos fríos que dañarán las hojas jóvenes. En estas condiciones, le recompensará generosamente. Una poda ligera para eliminar ramas mal ubicadas, muertas o en exceso le permitirá obtener un arbusto muy transparente y particularmente elegante. Evite las podas severas, que provocarían la formación de numerosas ramificaciones antiestéticas y harían perder su encanto a la planta. Prefiera los ejemplares en cepa (varias ramas en la base) para realzar el efecto producido por la corteza. Por ahora, los Dipelta no parecen sufrir ninguna enfermedad.

Muy hermoso aislado, este arbusto también puede encontrar su lugar en un seto informal y salvaje, junto con el Deutzia 'Mont Rose', el Philadelphus 'Belle Étoile', el Weigela 'Alexandra', o incluso el Photinia 'Carré Rouge'.