Eucalyptus delegatensis subsp. tasmaniensi

Este eucalipto forma un árbol, de porte erguido, con un tronco recto, relativamente desprovisto de ramas. De crecimiento rápido, en su hábitat natural, alcanza una altura de 40 a 60 m con una envergadura de 10 a 20 m. Bajo nuestros climas, su tamaño, un poco más moderado, no supera los 40 m de altura. A diferencia de muchos Eucalyptus, esta especie no posee un lignotúbero, un engrosamiento del cuello a nivel del suelo (rico en almidón) que permite que el tocón pueda volver a crecer en caso de heladas severas, incendios o podas radicales. Cuando es joven, presenta ramas verrugosas, glaucas a rojizas, con un follaje juvenil compuesto por hojas, con pecíolos cortos, opuestas, ovales, de 3 a 7 cm de largo por 2 a 6 cm de ancho, colgantes, azul verdosas. Luego, a medida que crece, las hojas son pecioladas, alternas y adquieren una forma lanceolada a falciforme (en forma de media luna), de 9 a 20 cm de largo por 2 a 4 cm de ancho, brillantes y de un verde bonito. Las hojas coriáceas son ligeramente aromáticas y desprenden un olor a mentol al ser aplastadas, rico en eucaliptol. Con el tiempo, la corteza gruesa se desprende en tiras, dejando al descubierto una capa lisa, de color crema a gris claro o amarillento, e incluso verde-amarillento. La floración ocurre de enero a marzo, en plantas de unos años de edad. La inflorescencia, dispuesta en las axilas de las hojas, está compuesta por 7 a 15 botones florales reunidos en un ramillete apretado y se abren en pequeñas flores con numerosas anteras blancas crema, formando un pom-pom de alrededor de 1 cm de diámetro. Ricas en néctar, son muy atractivas para las abejas. Después de la floración, los frutos, llamados "gumnut", aparecen en forma de una cápsula leñosa, globosa, truncada, unida a la rama por un corto pecíolo. De un hermoso color gris blanquecino, permanecen unidos al tallo durante mucho tiempo.

El Gomero delegatensis subsp. tasmaniensis encuentra su lugar en un gran jardín, plantado de forma aislada, en un espacio despejado, para apreciar la belleza de sus cortezas y la elegancia de su follaje. Para resaltar su porte arquitectónico, se debe mantener en un tronco único. Tolera tanto climas semimontanos como semidesérticos en verano, y su resistencia al frío llega hasta los -12°C. Cabe destacar que este Eucalyptus, originario de las mesetas y regiones alpinas de Australia, se desarrolla bien en suelos turbosos y arenosos, incluso empapados de agua regularmente, pero no encharcados. Temen los suelos asfixiantes, demasiado arcillosos o calcáreos. Por lo tanto, se siente cómodo en suelos húmedos, donde tiene la capacidad de drenarlos.