Eucalyptus glaucescens Guthega

El Eucalipto glaucescens Guthega, en un gran jardín, adquiere rápidamente la apariencia de un bello ejemplar, poco exigente y atractivo durante todo el año con su corteza particularmente decorativa y su follaje persistente con tonalidades azuladas. El follaje joven, muy colorido y aromático, encuentra usos muy apreciados en composiciones florales. Sus orígenes en los Alpes australianos le aportan vigor y robustez, así como una excelente capacidad de resistencia al frío. Esta variedad de montaña tolera el cal y requiere un suelo húmedo, no demasiado seco en verano. De crecimiento rápido, su instalación en el jardín requiere la elección de una ubicación adecuada. En febrero-marzo, aparecen flores, bastante insignificantes pero perfumadas y particularmente atractivas para las abejas. Después de esta floración, tolera bien la poda, y sus buenas capacidades de regeneración permiten conducirlo en tronco único o múltiple.

El Eucalipto glaucescens es un hermoso árbol de crecimiento bastante rápido, de tamaño variable según el lugar donde se encuentre, entre 15 y 40 metros. Sin embargo, en nuestros climas, rara vez supera los 15 metros de altura. Más comúnmente conocido como Goma Tingiringi, pertenece a la familia de las Mirtáceas. La especie glaucescens es originaria de las zonas montañosas del extremo sureste de Australia, a ambos lados de la frontera entre Nueva Gales del Sur y el estado de Victoria, en las zonas de altitud representadas por The Great Dividing Range, los montes Erica, Hotham, Brumby Point, Tingiringi o Tinderry y Tidbinbilla Ranges cerca de Canberra. El color azulado del follaje de este eucalipto justifica bien el nombre de la especie: glaucescens, que proviene del latín "glaucus" para el color azul verdoso y de "-escens" que significa "volviéndose". Es reconocible por la cera blanca que recubre las ramas, los botones florales y los frutos.

La variedad Guthega lleva el nombre de un pueblo de esquí y una presa hidroeléctrica australiana, ubicados en el Parque Nacional de Kosciuszko en el curso superior del río Snowy, y las montañas nevadas de Nueva Gales del Sur. En estas regiones de clima más duro, se encuentra en suelos graníticos bien drenados. Vigoroso y de crecimiento rápido, este gomero desarrolla varios troncos desde su base, pudiendo alcanzar aproximadamente 15 metros de altura a la madurez con 7 a 9 metros de envergadura, según el tipo de suelo y el clima. Su estructura ramificada, alrededor de uno o varios troncos, forma una corona ancha, bastante densa, con un porte extendido. Un ejemplar bien establecido puede resistir breves heladas del orden de -15°C, pero esto varía según la edad del árbol, la duración de la helada y el aumento de las temperaturas durante el día, así como la humedad del suelo.

Cuando es joven, el Eucalipto glaucescens Guthega muestra numerosas ramas rosadas y rojizas con un follaje juvenil densamente implantado, compuesto por hojas redondeadas de color azul plateado. En esta etapa de rápido crecimiento, la corteza se vuelve verde plateada. Luego, a medida que se desarrolla, las hojas adquieren una forma lanceolada, de 8 a 15 cm de largo por 3 cm de ancho, brillantes o opacas, glaucas (verde a azul verdoso). Las hojas coriáceas son ligeramente aromáticas y desprenden aromas frutales al ser aplastadas, ricas en eucaliptol. Con el tiempo, la corteza, de un blanco tiza en la parte superior, se desprende en largas tiras, dejando al descubierto una capa lisa, multicolor café, estaño, naranja, verde, crema y rosa salmón. La corteza madura de la parte inferior del árbol suele ser fibrosa y de color café. La floración ocurre en febrero-marzo en nuestros climas, en plantas de algunos años. La inflorescencia, sostenida por un corto pecíolo, está compuesta por 3 botones florales, glaucos o verde-amarillentos, cilíndricos de 3 a 5 mm, delicadamente perfumados y muy atractivos para las abejas.

Este eucalipto posee un lignotúber, constituido por un abultamiento rico en almidón que se forma en las raíces justo debajo de la superficie del suelo. Este órgano le permite volver a crecer desde la cepa en caso de heladas severas, incendios o podas drásticas. La planta también produce numerosos brotes a partir de yemas dormidas debajo de su corteza, lo que le permite responder perfectamente a las operaciones de recorte, desmoche o poda más severa. Cabe destacar que el gomero alpino tolera perfectamente la nieve, el viento y las salpicaduras de agua de mar. Su sistema radicular poco extenso es menos peligroso para las construcciones y compite menos con otras plantas del jardín. Y su vegetación ofrece una sombra muy ligera.

El Gomero Tingiringi encuentra su lugar en el jardín, plantado de manera aislada, en un espacio despejado, para apreciar la belleza de su corteza y la elegancia de su follaje. Para resaltar su porte arquitectónico, se guía en un solo tronco o en varios troncos. Tolera tanto los climas semimontanos como semiaridos en verano, y su resistencia al frío llega hasta -15°C. Cómodo en suelos húmedos pero no encharcados, tiene la capacidad de poder secarlos.