Euonymus planipes - Evónimo

El Euonymus planipes o sachalinensis forma parte de esos evónimos caducos de origen asiático fáciles de cuidar y espectaculares durante todo el otoño. Este arbusto de tamaño mediano tiene un follaje verde manzana que se vuelve amarillo anaranjado a finales del verano para luego tornarse gradualmente púrpura, mientras sus sorprendentes frutos pequeños maduran en un rosa intenso y naranja brillante. Poco exigente, evitado por las orugas que tan a menudo desfiguran nuestros evónimos europeos, será sencillamente magnífico en un macizo o en un seto libre.

El Euonymus planipes es originario del noreste de China, Japón y Corea. Es un arbusto perfectamente resistente al frío, bien adaptado a suelos con tendencia calcárea y con necesidades de agua bastante bajas. Como todos los evónimos, pertenece a la familia de las Celastráceas.

Su porte es arbustivo, bastante ancho, redondeado a extendido. Su crecimiento es bastante lento. Un ejemplar adulto alcanzará en promedio 2,50 m en todas direcciones. Sus ramas muestran unas agallas corchosas, sin embargo, menos desarrolladas que las de su primo el evónimo alado. Portan un follaje caduco, que se desarrolla en primavera y cae en otoño. Las hojas, de 5 a 12 cm de largo, elípticas, dentadas, están dispuestas de forma opuesta en las ramas. Su color es un verde bastante claro hasta agosto. Comienzan a cambiar de color a finales de agosto-principios de septiembre, más rápidamente si el arbusto está expuesto al sol. Tonos amarillos, anaranjados y púrpuras invaden la lámina, hasta que el follaje se vuelve completamente púrpura en octubre, antes de caer. La floración primaveral insignificante, compuesta de pequeñas flores blanco-verdosas, da paso a frutos muy originales, decorativos y vivamente coloreados. Son unas bayas de un rosa-rojo intenso, generalmente esféricas, de 2 cm de diámetro, cuyos 4 a 5 lóbulos se abren para revelar unas semillas con arilo de un naranja brillante. Son muy bonitas pero también tóxicas para el ser humano. En cambio, estas frutas muy apetitosas son una fuente de alimento para las aves, incluso en invierno.

El Euonymus planipes es fácil de cuidar y crece en cualquier suelo correctamente drenado, con una exposición soleada que realzará sus colores de otoño. En el sur de Francia, es preferible colocarlo a media sombra ya que no tolera el calor intenso. Su follaje cambiante y su fructificación colorida lo convierten en un aliado ideal para los setos libres, a los que aporta un toque fastuoso, ante el cual el jardinero se detendrá durante largos momentos. De tamaño mediano, encuentra su lugar en un jardín de tamaño modesto o en un terreno más amplio. Acompáñelo, por ejemplo, con Berberis, madreselvas arbustivas (Lonicera tatarica o fragrantissima), acebo panaché, Cotinus, Parrotia persica, Cornus mas o Azaleas de China según la naturaleza de su suelo.