Flor de siete hijos Tianshan -Heptacodium miconioides

El Heptacodium miconioides es un pequeño árbol caducifolio de la familia de las Caprifoliáceas que alcanza de 4 a 5 m en todos los sentidos en nuestros climas, pero a veces alcanza de 7 a 8 m en su país de origen. Es nativo de una zona muy restringida situada al este de China, donde aparentemente se ha vuelto raro. Suele crecer con varios "troncos" y presenta un porte tupido, extendido y divergente.

El cultivar 'Tianshan' fue seleccionado por los viveros Minier en 2014. Esta variedad compacta alcanza aproximadamente 3 m de altura por 2 m de envergadura, según las condiciones de cultivo. Sus ramas están cubiertas de hojas opuestas en pares, de 7 a 12 cm de longitud, de forma redondeada a puntiaguda, ligeramente onduladas, de un verde oscuro brillante, originales y gráficas. Adquieren un bello tono amarillo dorado antes de caer, generalmente a finales de noviembre. Las flores aparecen a finales de agosto, agrupadas en panículas en los extremos de las ramas. Tienen forma de pequeñas estrellas blancas con 5 sépalos al final de una corola tubular, y desprenden un aroma muy agradable que recuerda al jazmín. La floración, melífera y nectarífera, alcanza su apogeo en septiembre, las flores blancas revelan con el tiempo cáliz teñidos de rosa cereza, que son tan decorativos como una floración y persisten hasta las heladas. La corteza, lisa, tiene un hermoso color marrón claro a beige rosado, se exfolia en fragmentos de diversos colores como marrón, amarillo, salmón. Para poder admirarla mejor en un tronco único, es preferible eliminar de forma progresiva algunas ramas que surgen hacia abajo de un tallo principal.

Para la historia, el Heptacodium minicoides fue importado de China a principios del siglo XX; olvidado, fue redescubierto en los años 1980 en un jardín belga; consagrado en Courson en los años 90, este arbusto sigue siendo bastante poco común. Se puede plantar en un macizo de arbustos, un seto, o incluso aislado en un pequeño jardín o en medio de un macizo dedicado a él, acompañado de plantas asiáticas fáciles de cultivar (Corydales, Aconogonon, sarcococcas...). Se combinará bien con abelias, madreselvas arbustivas, lilas, viburnos variados... Los ásteres y las anémonas japonesas también lo acompañarán al final de la temporada. Una alfombra de heléboros, helechos persistentes (Nephrolepis exaltata), ciclamenes y epimediums servirá de marco a su corteza tan especial. Una pequeña clemátide arbustiva (Clematis heracleifolia, tangutica o viticella) trepará y florecerá entre sus ramas en verano.