Hibiscus coccineus - Hibisco escarlata

El Hibiscus coccineus, también conocido como Rosa de Cuba o Estrella de Texas, es una planta herbácea perenne tan espectacular como fácil de cultivar al sol en cualquier suelo bien regado en verano. Se desarrolla y florece en cuestión de meses, ofreciendo en verano a la altura de una persona flores muy grandes con un diseño extraordinario, efímeras, de un rojo atrevido. También se distingue en otoño, adornado con un follaje de magníficas tonalidades amarillas. De sus orígenes, ha conservado una preferencia por los largos veranos calurosos, lo que no le impide resistir las heladas severas si el suelo se seca un poco. Absolutamente magnífico al borde de un estanque, también se puede plantar en grandes macetas mantenidas muy húmedas en la terraza.

El Hibiscus coccineus (sinónimo Hibiscus semilobatus) es una planta herbácea perenne con raíces leñosas de la familia de las malváceas, prima de las malvas y las rosas trepadoras. Es originaria de los pantanos del sur de Estados Unidos, especialmente de Florida y Georgia, donde a menudo supera los 2 m de altura. En nuestros climas, esta Rosa de Cuba emite cada año, bastante tarde en primavera, tallos rectos y erguidos formando un mechón un poco suelto de 1,50 m a 2 m de altura por casi igual en anchura.

Esta planta totalmente caduca tiene un follaje compuesto por hojas anchas de 10 a 15 cm, finamente cortadas en 5 a 7 lóbulos estrechos, dentados en el borde y puntiagudos en sus extremos. Es de color verde brillante y puede recordar al del cáñamo o de un arce japonés. Al final de la temporada, adquiere bonitos tonos amarillos y anaranjados, especialmente en climas cálidos. La floración tiene lugar de julio a septiembre, según el clima, durante aproximadamente un mes. Los botones florales aparecen agrupados en la parte terminal de los tallos y en las axilas de las hojas. A medida que crecen, se tiñen de rojo y son muy ornamentales. Estos botones luego se abren en flores planas, de 15 a 20 cm de diámetro, compuestas por 5 pétalos satinados de un rojo vivo a rojo rosado, espátulados y bien diferenciados, rodeando una columna central roja. Cada una apenas vive más de un día, pero se renuevan en la planta día tras día. La polinización está asegurada por los insectos. El fruto es una cápsula que mide de 1 a 2,5 cm de diámetro.

Los Hibiscus de los pantanos son plantas espectaculares que no pueden dejar indiferente: se odian sus flores inmensas porque a veces son difíciles de integrar en un entorno natural, o se adoran, por las mismas razones que las hacen adoptar en un jardín de estilo contemporáneo, o en una escena exótica cuidadosamente organizada alrededor de un punto de agua o en la terraza. El Hibiscus coccineus lleva flores más elegantes que las de sus primos los Hibiscus moscheutos, y por lo tanto más fáciles de combinar. Solo necesita agua en verano y no le importan los riegos con agua calcárea, lo que permite adoptarlo en todas nuestras regiones: el cultivo en maceta permite protegerlo, en su caso, del agua y de las fuertes heladas en invierno. Todos los Hibiscus de los pantanos dan otra dimensión a los parterres encharcados, o al borde de un estanque, acompañados de un Gunnera, de cannas, de Calas, Rodgersia Chocolate Wings o de un Taro.