Hibiscus syriacus Leopoldii - Altea

El Hibiscus syriacus 'Leopoldii' es una antigua variedad de Rosa de Siria que siempre cautiva por la belleza y la abundancia de sus grandes flores rosa pálido con corazón arrugado, manchadas de rojo. Este arbusto generoso florece de julio a octubre, siempre que haga suave, y soporta perfectamente nuestros inviernos a pesar de su aspecto exótico. Merece un lugar destacado cerca de la casa, aislado en el centro de un macizo de vivaces, o incluso en una gran maceta en la terraza. El Hibiscus syriacus se cultiva sin dificultad al sol no abrasador o en media sombra, en un suelo que se mantiene un poco fresco, incluso calcáreo, en todos los climas.

El Hibiscus syriacus, a veces llamado Rosa de Siria, es un arbusto muy resistente, caducifolio en nuestros climas, pero persistente en climas cálidos, perteneciente a la familia de las malváceas, al igual que las malvas real y el malvavisco. Es originario de las regiones templadas de Asia, y ha dado origen a numerosos cultivares, entre ellos esta encantadora variedad Leopoldii, madre de la muy hermosa 'French Cabaret'. Este arbusto, de crecimiento bastante lento, presenta un porte erguido, frondoso, un poco rígido. No superará los 2,50 m de altura por 1,50 m de envergadura. Su follaje es abundante, de un verde bastante oscuro, ligeramente lustroso, fuertemente recortado en el borde. Amarillea en noviembre antes de caer y aparece bastante tarde en primavera. La floración comienza en julio y se renueva hasta septiembre-octubre. Cada flor vive solo un día, pero se producen en gran cantidad en las ramas. Esta variedad Leopoldii ofrece corolas de 7-8 cm en forma de copa de un rosa muy pálido, a veces rayado de rojo, con el corazón ocupado por una zona roja oscura y un enredo de pétalos más pequeños.

El Altea 'Leopoldii' ama las exposiciones luminosas, cálidas, y se conforma con una sombra ligera en las regiones del sur. Plántelo al abrigo de vientos fuertes, en un suelo que se mantenga un poco fresco hasta finales de verano para apoyar la floración y la frescura de su follaje. Este arbusto realmente encantador no es, sin embargo, una planta delicada y caprichosa. Se adoptará en todas nuestras regiones, en particular en los pequeños jardines. Se combina bien con las lavateras arbustivas rosas o blancas, así como con otros arbustos floridos como los buddleias o los rosales trepadores. El Hibiscus syriacus suele plantarse en setos floridos, mezclando las variedades para un bello efecto multicolor. También se puede cultivar en un contenedor de gran volumen, en una tierra muy nutritiva, para disfrutar plenamente de su floración en la terraza.