Ligustrum jonandrum - Aligustre jonandro

El Ligustrum jonandrum, o más precisamente el Ligustrum delavayanum var. ionandrum es una especie botánica de origen chino a la que a veces se le llama evónimo del Yunnan. Se cultiva por su pequeño follaje de un verde brillante, muy denso, y su excelente capacidad para ser podado repetidamente que permite dar forma a su silueta según los deseos de cada jardinero. Este arbusto, muy ramificado, también es muy ornamental cuando crece libremente en una masa densa más ancha que alta. Su floración estival, melífera y fragante, da paso a bayas azul-negro que deleitan a los pájaros en invierno. Es fácil de cultivar en suelo ordinario pero drenado, pero requiere en nuestras regiones frías una exposición resguardada para protegerlo del frío intenso, ya que su rusticidad, media, es uno de sus pocos puntos débiles. 

El evónimo del Yunnan pertenece a la familia de las oleáceas, al igual que los olivos, los forsitias y los jazmines. Proviene, como su nombre sugiere, de la provincia china de Yunnan, pero también de Birmania. En la naturaleza, crece más a menudo en suelos frescos, fértiles, limo-arenosos o arenoso-arcillosos. Sin embargo, es muy tolerante, soportando tanto suelos ligeramente ácidos, neutros, como francamente calcáreos o incluso impregnados de sal de deshielo. Tiene un sistema radicular extenso y voraz, al punto de que a menudo resulta imposible cultivar otras plantas a su alrededor. Cuando no se poda, este arbusto presenta un porte tupido y extendido, naturalmente compacto. Alcanzará, lentamente, en promedio 1m80 de altura por 2m50 de envergadura. Sus ramas flexibles, delgadas, tienden a enredarse, llevan hojas pequeñas persistentes, simples, opuestas, de forma elíptica, de un verde bastante oscuro con un acabado brillante. La floración tiene lugar a finales de primavera o en verano, de mayo a julio, en forma de panículas terminales fragantes, compuestas de pequeñas flores en forma de tubo, de color blanco, teñidas de púrpura, muy visitadas por los insectos polinizadores. Le siguen la formación de pequeños frutos llamados drupas que se vuelven negro-azulados cuando maduran.

¿Plantado en exceso, podado en exceso, privado de flores por la geometría, demasiado visto? El evónimo moderno y eterno es en todo caso un arbusto fácil de cuidar  y sobre todo que no sufre por las podas geométricas, más o menos artísticas. Un regalo para los jardineros sin inspiración, valioso para aportar una nota precisa, ordenada, reconfortante a la estructura del jardín, al menos tiene la ventaja de aportar un poco de exuberancia y vida a los lugares desheredados, y por qué no a los límites abandonados. Perfecto para la realización de topiarios, atraerá las miradas gran parte del año con su floración, sus frutos y su follaje que no carece de encanto, preservando el jardín de miradas indiscretas y albergando a numerosos pequeños animales útiles en el jardín. Se le puede permitir crecer libremente, en un bosquecillo de arbustos humildes pero muy útiles en el jardín, con follajes y fructificaciones coloridos, como la lantana, los Cotoneaster, Pyracantha, Acebo, Eleagnus, fusain caduco o persistente, retamas, durillo y laurel sauce... ¡Inspírate!