Lonicera fragrantissima - Madreselva de invierno

El Lonicera fragrantissima es un madreselva que no se comporta como las demás: arbustivo y no trepador, florece en pleno invierno y con un perfume magnífico que recuerda al limón y al jazmín. Sus flores son pequeñas, cristalinas, de un blanco algo cremoso, pero son numerosas y particularmente visibles en febrero, en las ramas que a menudo están poco frondosas en esta época del año. Aparte de la floración, su porte amplio, denso y flexible, tiene una hermosa presencia en las zonas semisombreadas del jardín. Esta vigorosa madreselva invernal es uno de los arbustos indispensables en un gran jardín o en un seto libre, especialmente porque prospera en todas nuestras regiones y en todo suelo drenado.

El Lonicera fragrantissima, de la familia de las Caprifoliáceas, es originario del noreste de China, donde crece en bosquecillos y bosques frondosos. Es una planta perfectamente rústica y muy tolerante con respecto al suelo, ya sea ligeramente ácido, neutro o incluso con tendencia calcárea. Tolera bastante bien los veranos muy secos si se planta en una situación sombreada en verano, bajo un árbol caducifolio, por ejemplo. En cambio, teme los suelos demasiado compactos y encharcados en invierno.

El porte del Lonicera fragrantissima es arbustivo, redondeado a extendido, bien ramificado, sostenido por ramas ligeramente arqueadas. En su madurez, este arbusto un poco más ancho que alto medirá aproximadamente 2,50 m de altura por 2,75 m de envergadura. Su desarrollo se puede contener fácilmente mediante una poda después de la floración. Las ramas, de color rojizo cuando son jóvenes, se vuelven más grises y se deshojan con el tiempo. Su follaje es denso, más o menos persistente en invierno según el clima: a menudo cae en enero-febrero. Las hojas, de 2,5 a 7 cm de largo, dispuestas de forma opuesta en las ramas, son enteras, ovales y puntiagudas, de un verde claro a medio.

Este arbusto es especialmente apreciado por su floración invernal que aparecerá de diciembre a marzo según las regiones. Las pequeñas flores agrupadas por pares en las axilas de las hojas no miden más de 1 cm a 1,5 cm de longitud y diámetro. Florecen en la madera del año anterior. Muy ricas en néctar, son una fuente de alimento para las abejas en una época del año en la que las floraciones son escasas. Su perfume será más perceptible en tiempo suave. Dejan lugar a pequeños frutos de un rojo algo apagado, maduros a finales de primavera o principios del verano. 

Esta madreselva de desarrollo bastante importante se utiliza frecuentemente en un seto libre o detrás de macizos de plantas más bajas, pero se disfrutará mejor de su perfume en invierno si se coloca cerca de un paso o de un pasillo que conduce a la entrada de la casa o al garaje. Será interesante asociarlo con arbustos de floraciones desfasadas pero de vigor equivalente: piense, por ejemplo, en los Cornus mas,  Philadelphus coronarius (el seringat de los jardines), Lonicera tatarica, lilas, manzanos y Prunus ornamentales...Las ramas en botón se pueden cortar y poner en un jarrón en la casa, donde se abrirán y perfumarán la habitación.